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Reportaje:

La escuela también enseña a desayunar

La Fundación Española del Corazón explica a los niños cómo combinar salud y buen apetito en la primera comida del día

Oriol Güell

Un buen desayuno en lugar de la clase de matemáticas. Ésta fue la propuesta que la Fundación Española del Corazón hizo el pasado martes a un centenar de niños del colegio público Nuestra Señora de la Paloma, en Lavapiés. ¿El objetivo?: enseñarles que un ágape sano en la primera comida del día puede ser, a partes iguales, rico, energético y nutritivo.

No todos los chavales, sin embargo, veían el encuentro de la misma forma: 'Prefiero dos donuts a esto', confesaba Carlos, de sexto de primaria, señalando los panecillos, frutas, tarros de miel, aceite de oliva y vasos de leche que había encima de la mesa del comedor de la escuela. 'Pero me gusta mucho más esto que ir a clase de matemáticas', espetó, entre risas, a continuación.

'Para que crezcáis sin problemas tenéis que desayunar bien. No valen los bollos, con colesterol y grasas'
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La comida del Nuestra Señora de la Paloma era el primero de los 57 Desayunos cardiosaludables que la fundación tiene previsto servir este año en otros tantos colegios de España. La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y varias empresas, que aportan los productos.

A las 9.30, el comedor del colegio tenía un aspecto inmaculado: 30 mesas perfectamente ordenadas esperaban a los niños cargadas de aceite virgen de oliva, panecillos, naranjas, manzanas, plátanos y pequeños tarros con miel. En la cocina adjunta, el personal del centro calentaba la leche para que los alumnos la tomaran con cacao. Cinco minutos después, el orden había sido sustituido por una marabunta de risas, gritos y ojos soñolientos.

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Alimentos sanos contra la bollería industrial o, incluso peor, ir a clase en ayunas. Ésta es la batalla que han emprendido los cardiólogos de la fundación. 'Si vais al cole sin comer, estaréis cansados, tendréis sueño y sacaréis peores notas', aleccionó a los niños Mar Moreno, cardióloga del hospital Gregorio Marañón. 'Para que estéis sanos, fuertes y con energía y crezcáis sin problemas de salud, lo mejor es desayunar bien. Pero no valen los bollos, que tienen colesterol y grasas animales. Comerlos un día está bien, pero lo mejor son cosas sencillas como pan, cereales, yogur, leche, frutas. Los embutidos y el queso también son buenos, aunque no es bueno abusar de ellos', explicó Moreno.

Tras alguna que otra llamada al silencio, los niños atendieron a las palabras de la doctora con un ojo y un oído. Pero, con el otro, los cuatro chavales de una mesa convertían los plátanos en barcos, que se enfrentaban en una imaginada batalla. En otra, los comensales apilaban los pequeños tarros de miel como si fueran dulces piezas de lego. Más allá, una niña intentaba, desesperada y sin éxito, que los tres niños que la rodeaban firmaran una tregua en la guerra de migas de pan que habían comenzado.

Todos los chavales, sin embargo, tenían muy claro por qué estaban allí. 'Hay que desayunar bien para tener una buena salud', resumió, muy decidida y con carácter de líder, Marta Rodríguez, de 11 años y en sexto de primaria. 'Pero una cosa es lo que nos gusta desayunar y otra lo que desayunamos. Yo desayuno cosas diferentes cada día, pero bollos, casi nunca: mi madre no me deja y en casa no hay', aseguró la alumna.

Pese a que casi todos los niños dijeron preferir los bollos que la doctora Moreno criticaba con tanto empeño, también es cierto que parecen haber asumido que lo normal es desayunar cardiosaludablemente. 'En casa desayuno bocadillos, frutas y leche con cola-cao. Es lo que me dan, pero es que a mí también me gusta', apostillaba Nuria Henríquez, compañera de clase y de mesa de Marta. A su lado, María Fernández, que completa el trío, aseguraba que sólo come galletas 'los fines de semana. Los otros días, leche con cereales'. Las tres amigas, 'muy amigas', desayunan lo mismo: pan con aceite de oliva.

Sobrepeso, colesterol elevado, diabetes... La lista de problemas que pueden surgir por un consumo excesivo de alimentos con mucha grasa es muy larga. Sin embargo, lo peor, según María Luisa Fernández, presidenta de la Fundación Española del Corazón, es la herencia que dejarán a los alumnos 'para el resto de su vida unos malos hábitos alimentarios adquiridos en la infancia. Si no asumen las ventajas de una alimentación sana como algo propio y deseable desde pequeños, será muy difícil que, de adultos, sigan una alimentación equilibrada', subraya Fernández.

Pese a su preferencia por los donuts, Carlos dio buena cuenta de tres panecillos con aceite de oliva en media hora. 'La pena es que el donut me lo tendré que comer en matemáticas', bromeó entre risas.

Mucho cereal, poco yogur

Los niños madrileños desayunan más cereales y bollos que los del resto de España, pero su consumo de embutidos y yogures es menor. Éstos son los resultados más destacables de la encuesta que la Fundación Española del Corazón hizo en 2001 entre 4.484 niños de 56 colegios de toda España. Según estos datos, presentados el pasado martes, dos de cada tres chavales de la región (un 67%) comen regularmente cereales en el desayuno, mientras que la media española es de nueve puntos menos, el 58%. En cuanto a la bollería, un 68,7% de los niños madrileños la toma en el desayuno; en el resto del país este porcentaje se reduce al 61%. En cambio, en Madrid se consumen menos yogures que en el resto de España. Seis de cada diez alumnos come regularmente ese derivado lácteo. En el resto del país lo hacen siete de cada diez. La encuesta, realizada sobre 4.484 niños de toda España, 400 de ellos en Madrid, revela la variada dieta de los desayunos a lo largo de toda la semana. La mayoría de los alimentos (leche, yogur, pan, fruta, zumos y cacao) son consumidos regularmente por más del 66% de los niños en todo el país. Por el contrario, sólo uno de cada tres niños desayuna con queso y embutidos. En Madrid, uno de cada cinco chavales toma dos o más vasos de leche para desayunar. El resto toma uno y sólo el 0,4% no toma. La leche más consumida es la entera, un 73,4%, mientras que un 9% bebe leche desnatada. Cuatro de cada cinco niños en edad escolar mezcla la leche con cacao. De ellos, la mitad le echa dos cucharadas, mientras que uno lo toma cargado, con más de dos, y otro sólo le pone una cucharada de chocolate soluble.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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