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CONFLICTO EN EL TRANSPORTE DE VIAJEROS POR CARRETERA

Una niña, herida por una bola de acero al ser atacado su autobús por un piquete

La rotura de una de las 55 lunas de autobuses que ayer destrozaron los piquetes de huelga durante la sexta jornada de paro en el sector del transporte de viajeros por carretera causó heridas leves a una niña de 11 años, que tuvo que recibir varios puntos de sutura en la cabeza. Una bola de acero, al parecer lanzada con un tirachinas, impactó contra un cristal del autobús escolar en el que viajaba la menor, a la altura en el kilómetro 18 de la carretera de Toledo, en Fuenlabrada.

Según confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno, un piquete de huelga lanzó desde un turismo en marcha una bola de acero contra el cristal lateral del autobús, que viajaba repleto de niños, junto al cual estaba sentada la niña. La bola hizo estallar el cristal y, como consecuencia de ello, la menor sufrió diversos cortes en la cabeza.

El impacto de los cristales le causó una brecha, por lo que fue trasladada a la clínica La Fraternidad de Fuenlabrada, donde le tuvieron que dar varios puntos de sutura y curarle otras heridas de carácter leve. El piquete, según las mismas fuentes, se dio a la fuga tras provocar el incidente.

Este ataque se produjo, además, contra un tipo de transporte como el discrecional, al que no afectaba la huelga y cuando los sindicatos aseguraban que los paros se habían desarrollado 'sin incidentes', en palabras de Jesús Almeida, secretario general de sector de Carreteras de CC OO. Los ataques contra autobuses escolares y de empresa se han reproducido, sin embargo, desde el comienzo de la huelga en varios puntos de la región. Dos huelguistas que lanzaban piedras a los autobuses en el distrito de Usera fueron arrestados ayer por la policía tras romper la luna de un vehículo. El pasado lunes, también jornada de paro, los piquetes destrozaron 100 lunas de autobuses.

Ayer, y en el barrio de Loranca, también en Fuenlabrada, el joven conductor de un autobús del colegio Griñón mostraba las marcas (del tamaño de una aceituna) que había causado en la carrocería del vehículo el impacto de los balines que los piquetes habían disparado desde un coche cuando transportaba a varias decenas de niños a un espectáculo teatral, según explicó. 'Me parece una vergüenza que disparen contra niños que no levantan un palmo del suelo', protestaba Iván, el conductor. Otro autobús que le precedía no tuvo tanta suerte. 'A mí no me dieron en el cristal, pero al de atrás sí. Le rompieron la luna delantera, pero como llevaba doble cristal no ha pasado nada', recordaba.

Mientras Iván narraba este incidente, otro autobús escolar pasaba por las inmediaciones. '¿Qué? ¿Te han hecho algo?', preguntó el otro conductor desde su vehículo. 'Nada grave', contestó Iván. 'Pues yo ahora voy a Villaviciosa, a ver cómo se me da', le respondía el otro, mientras concluía la conversación con un significativo gesto: santiguándose.

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