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Reportaje:

La suerte prepara las maletas

El Ayuntamiento de Madrid quiere trasladar a los niños de San Ildefonso

Los 93 niños que viven internos en la residencia madrileña de San Ildefonso van a tener que enfrentarse este año a dos nuevos retos: uno, cantar por primera vez la Lotería Nacional de Navidad en euros, y, dos, su posible traslado del internado donde ahora residen -un edificio antiguo ubicado en pleno centro de Madrid- a una finca en la localidad madrileña de Tres Cantos, a 22 kilómetros de la capital. La nueva residencia se halla en mitad de un bosque de encinas.

El Ayuntamiento, propietario del histórico edificio madrileño, así lo quiere, pero los psicólogos que trabajan con los chavales se oponen. Consideran que el traslado fuera de la capital provocará que estos chicos -con problemas de adaptación, ya que proceden de familias desestructuradas- se aíslen todavía más.

Los psicólogos creen que la marcha a las afueras agravaría el desarraigo de muchos chicos

En el actual internado de San Ildefonso viven chavales de 6 a 14 años que proceden de familias con problemas socioeconómicos o con desarraigo. Los 93 chicos permanecen internos de lunes a viernes. Los pequeños, hasta los doce años, reciben sus clases en la misma residencia con otros alumnos externos y pueden salir con sus educadores a realizar diversas actividades en Madrid. Los mayores -unos 25- acuden todos los días a un centro público cercano para recibir sus clases. Así se relacionan con otros muchachos de la ciudad. Durante los fines de semana y vacaciones los chavales regresan con sus familias.

Pero el Ayuntamiento de Madrid quiere cambiar esta rutina. Como propietario del internado de San Ildefonso, está estudiando las ventajas e inconvenientes del traslado de los niños desde el centro histórico a Tres Cantos. 'El edificio de San Ildefonso está muy bien cuidado, pero es viejo y antiguo. Creemos que para los chavales es mejor dejar este caserón e irse a un entorno donde tendrán mejor calidad de vida y de enseñanza', argumenta el concejal de Educación, del PP, Fernando Martínez Vidal, que asegura que, de momento, el traslado 'sólo es un proyecto'. Con el cambio, el Consistorio promete para los chavales una finca de 250 hectáreas, con un gran bosque, una piscina, canchas deportivas y, en general, 'grandes posibilidades de ocio'. Pero está aislada.

Los dos psicólogos del internado, María Ángeles Castillo y José María Sánchez, no están de acuerdo con que el paraíso que promete el Consistorio para los chavales sea beneficioso. En sus dos informes sobre las ventajas e inconvenientes del traslado se oponen rotundamente al cambio. 'Les van a mandar a una jaula de oro, en medio del monte. Con el cambio, el Ayuntamiento fomentará la creación de un gueto cerrado en el que los niños vivirán en el limbo y fuera de la realidad', denuncian.

Los niños internos de San Ildefonso son un grupo cerrado y con graves dificultades para relacionarse con su entorno, según estos psicólogos. 'El cambio empeoraría todavía más la situación. El problema de estos chavales es que, vayan donde vayan, llevan el estigma de ser de San Ildefonso', afirma María Ángeles Castillo. 'Cuando van a clase, sólo se juntan entre ellos. Suelen hablar de los otros niños del colegio, los que no proceden del San Ildefonso, como de los otros', añade esta psicóloga.

Y pone un ejemplo: 'Es muy difícil que a una chica del internado le guste un chico de fuera. Sabe que sus amigos de San Ildefonso se van a poner en contra de esta amistad'.

El concejal socialista, Rafael Merino, comparte esta opinión: 'El traslado de los chavales sólo les traería problemas y, además, estamos hablando de vaciar uno de los edificios emblemáticos de la capital'.

¿Qué es lo que haría el Ayuntamiento, si finalmente se produce el traslado, con el edificio de San Ildefonso? Con la salida de los niños del internado, el Consistorio madrileño se encontraría con un edificio vacío de 3.000 metros cuadrados en pleno centro de la capital, la zona de Madrid donde es más difícil encontrar parcelas libres para equipamientos. 'Si el proyecto saliese adelante, podríamos convertir el edificio en un centro sociocultural, en una escuela de música o un centro para mayores', explica el concejal de Educación, Martínez Vidal.

Por su parte, el director del internado, Esperato Fernández, cree que el Ayuntamiento tiene razón. 'El edificio de Madrid es lúgubre, y el patio de recreo, muy pequeño. En Tres Cantos estaríamos mejor'. Pero los psicólogos lo dudan.

Dos niños de San Ildefonso, durante el último sorteo de la Lotería de Navidad.
Dos niños de San Ildefonso, durante el último sorteo de la Lotería de Navidad.MANUEL ESCALERA

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