El cine español sigue seduciendo en los Campos Elíseos de París

La primera parte de la operación seducción lanzada por el cine español respecto al mercado francés aprovechando la plataforma del Festival de Cine de París parece haber sido un éxito. Hable con ella tuvo una acogida entusiasta y Pedro Almodóvar pudo comprobar cómo, a partir sólo de su nombre, es posible atraer miles de espectadores, y actrices como Paz Vega o Penélope Cruz descubrieron su popularidad entre nuestros vecinos.

La cubierta del número mensual de Cahiers du Cinéma la ocupa esta vez el rostro gitano de la cantante y actriz Rosario Flores y la retrospectiva de títulos clásicos de la historia del cine español está siendo seguida con regularidad por un amplio número de expertos y curiosos. Entre los filmes que compiten, El Bola, de Achero Mañas, ha sido muy aplaudido y algunos miembros del jurado parecían emocionados al acabar la proyección.

Prestigio

Pero no todo es bueno. El festival de París es la excepción, los estrenos comerciales son la norma. El de Lucía y el sexo, del director Julio Medem, ha ido acompañado de críticas muy desfavorables y de una clásica incomprensión sobre las razones del éxito comercial de la película en España y, sobre todo, del prestigio del citado cineasta.

El espacio comercial para las películas que no son ni francesas ni estadounidenses oscila en torno al 10% y eso significa que para el cine hispano, fenómeno Almodóvar al margen, es enormemente difícil abrirse camino. El último en haberlo vivido ha sido el realizador Alejandro Amenábar, que ha visto cómo se reestrenaban sus dos primeras películas, Tesis y Abre los ojos, a raíz del éxito de Los otros, la película que ha rodado en inglés y con Nicole Kidman como protagonista. Los otros se ha convertido en el filme más visto del cine español.