Demora o listas de espera

El pasado día 19 se presentó el libro La Sanidad Pública andaluza ante el nuevo milenio: Criterios de sustentabilidad en el estado del bienestar. La presentación tuvo lugar en rueda de prensa, tras varios intentos infructuosos de darlo a conocer previamente a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y al presidente del Parlamento andaluz. El libro es una obra seria y objetiva, que ha visto la luz después de varios años de trabajo por parte de una comisión de expertos designados por el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, la Institución del Defensor del Pueblo Andaluz, el Consejo Andaluz de Colegios Farmacéuticos, Fundación MAPFRE Medicina y varias sociedades científicas. Esta comisión de trabajo llegó a unas recomendaciones y conclusiones que bien podían ser un buen punto de inicio para un debate profundo de la Administración sanitaria.

Traigo a colación este libro para intentar entrelazar sus conclusiones con las loables pretensiones de la Consejería de Salud de conseguir la demora 0 en Atención Primaria y la erradicación de las listas de espera en medios diagnósticos y Atención Especializada.

La Atención Primaria nunca debe tener demora asistencial, pero ambulatizando los Centros de Salud (aumentar las horas de consulta a demanda en detrimento de la consulta programada), nos cargamos la esencia de la reforma sanitaria e incide de forma muy negativa en la tan cacareada calidad y eficiencia de los modelos sanitarios como base de la confianza de los ciudadanos. La cantidad es un concepto normalmente contrapuesto a la calidad, con la masificación de los Centros de Salud, disminuye la calidad de la práctica médica, con gran deterioro de la relación médico-enfermo, creando insatisfacción tanto a los usuarios como a los profesionales, con la desaparición de la consulta programada y de los programas de Salud.

Las listas de espera para medios diagnósticos y Atención Especializada son fruto del aumento de la frecuentación que lleva aparejado el muy positivo aumento de la oferta sanitaria a la población y a la incongruencia, pero es un hecho fehaciente que la mejora de la Sanidad de una población lleva aparejada un aumento de las expectativas y de la demanda asistencial.

Es hora de buscar soluciones coherentes, que pasan indefectiblemente por un aumento de los recursos financieros destinados a la Sanidad andaluza, para garantizar la equidad entre comunidades autónomas (que se reduzca la desigualdad andaluza en el gasto sanitario por habitante) y a su vez se aumente el tanto por ciento del Producto Interior Bruto destinado al gasto sanitario público, con el fin de conseguir los recursos humanos y tecnológicos necesarios para corregir los déficit existentes en aras a una mayor calidad y eficiencia de nuestro modelo sanitario.

A la vez, habrá que articular las reformas necesarias en organización y gestión para conseguir que los profesionales nos sintamos copartícipes en el sistema y crear los mecanismos de participación reales de los usuarios, con el fin de evaluar y a ser posible controlar el uso que hacen pertinente o no de los recursos disponibles y así conseguir disminuir la frecuentación.

Para conseguir estos objetivos, es imprescindible el diálogo y trabajo serio. Desde estas líneas pido al consejero de Salud de la Junta, señor Vallejo, que deje de enarbolar el hacha de guerra contra los Colegios Profesionales y aglutine bajo nuestra Consejería de Salud las líneas de trabajo necesarias en beneficio de la sociedad a la cual servimos y que es nuestra razón de ser.