Rexach busca 'el equilibrio'

Ni Van Nistelrooy (Manchester), ni Elber (Bayern,) ni Owen (Liverpool). Sobre el césped estarán Konstantinou y quizá Vlaovic, el ex jugador del Valencia. El Panathinaikos de Atenas, tercero en su Liga, se cruza hoy (20.45 horas, TVE-1) en la tortuosa temporada del Barcelona como un discreto y oscuro invitado, el más modesto de los ocho equipos de los cuartos de final de la Copa de Europa. La plantilla azulgrana ya acogió con júbilo el emparejamiento con el equipo griego y ahora se apresta a sacudírselo de encima para alcanzar las semifinales. Acostumbrado a viajar tantas veces a la vecina Turquía -tres en el último año y medio- o a tener mala suerte en el bombo -ya ha jugado contra el Leverkusen y el Liverpool, que también se enfrentan esta noche-, afronta la cita con alivio porque no tiene delante a ninguno de los grandes y porque el pase definitivo se lo jugará en el Camp Nou.

Con todo, ayer distaba mucho de reinar la paz en la expedición azulgrana. La pérdida de la Liga, justo antes de un partido crucial, ha enturbiado el ambiente en el Barça, especialmente en su cuerpo técnico, que se siente maltratado injustamente por la prensa. Como si nadie reconociera el mérito de que, al fin y al cabo, no están tan lejos de llegar a la final de Glasgow. Carles Rexach, y sus ayudantes, José Ramón Alexanco y Toño de la Cruz, empiezan a dar síntomas de sentirse acosados. Ángel Fernández, vicepresidente del club, acaparó los micrófonos antes de volar hasta la capital helena pidiendo para ellos, que observaban, escépticos, la escena desde lejos, un poco más de comprensión y respeto. Sólo el vestuario vive como en un mundo aparte: los jugadores muestran un desaforado entusiasmo por sus posibilidades reales en esta competición, lejos del pesimismo de la afición, harta del preparador, del equipo y de la propia junta directiva.

'Nuestro sueño es ganar el título y esto, de entrada, pasa por superar esta nueva eliminatoria. Hasta ahora hemos hecho una trayectoria bastante brillante', dijo Charly a las primeras de cambio en la pista polideportiva del estadio Apostolos Nikolaidis, rodeado por una inquietante alambrada para prevenir la irrupción de hinchas radicales. De inmediato, se defendió recordando que de los 14 encuentros que ha jugado el Barça en la competición ha ganado nueve, empatado tres y perdido sólo dos.

Lo que no le hizo la menor gracia fue que se le preguntase qué siente cuando escucha que los azulgrana podrían seguir el camino del Madrid de la séptima, que compensó su naufragio en la Liga con el cetro europeo. Su plan es pensar que la eliminatoria es a doble partido y encontrar un 'equilibrio' mejor que el que se vio ante la UD Las Palmas: 'Ése es el truco, porque el sábado nos hinchamos a hacer ocasiones y no marcamos. Pero no podemos salir a especular'. Su mejor baza es el regreso de Rivaldo y que Overmars ha superado sus molestias físicas.

El paraguayo Sergio Markarian, entrenador del Panathinaikos, que en apenas tres meses ha levantado al equipo colocándolo en los cuartos y situándolo a tres puntos del líder -estaba a 12 cuando asumió el cargo-, aseguró que, pese a todo, dispone de 'buena información' sobre el Barça: 'En términos generales, es más fácil conocer a un equipo regular y con una alineación fija'.

Panathinaikos: Nikopolidis; Saric, Henriksen, Goumas, Fyssas; Michaelsen, Vokolos, Basinas, Liberopoulos; Konstantinou y Vlaovic.

Barcelona: Bonano; Puyol, Abelardo, Christanval o De Boer, Coco; Rochemback, Xavi, Cocu, Overmars; Rivaldo y Kluivert.