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Crónica:PANATHINAIKOS-BARCELONA | FÚTBOL | Sorteo de las competiciones europeas
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un trébol de cuatro hojas

Ramon Besa

Una vez concedida la gracia, el Barça procura disimular ahora su satisfacción con el resultado del sorteo alertando sobre la dificultad del Panathinaikos (1908). Pese a que ha dejado de ser el mejor club griego -no gana la Liga (suma 18) desde 1996, su última Copa (15) se remonta al 1995 y es tercero en el campeonato actual a tres puntos del líder- y su currículo europeo contempla como páginas más brillantes sus mano a mano con el Ajax -el equipo holandés le ganó la final de 1971 en Wembley y le eliminó en las semifinales de 1995-96-, el Panathinaikos se presenta hoy como un plantel equilibrado, trabajador y que en la presente edición ha competido con éxito frente a equipos como el Schalke 04, el Arsenal, el Mallorca (primera liguilla) y después (segunda) superó al Spartak de Praga y al Oporto, y sólo cedió ante el Madrid.

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'Tienen a uno de los mejores centrales del mundo, el danés Henriksen', especifica el portugués Paulo Sousa, jugador el Panathinaikos hasta enero pasado y hoy futbolista del Espanyol. 'Igualmente peligrosa es su delantera por variada: tiene fuerza, velocidad y técnica', prosigue, en referencia al croata Vlaovic, ex jugador del Valencia; al chipriota Konstantinou, máximo goleador (4); y al internacional polaco de origen nigeriano Olisabede. El volante Karagounis ofrece regularidad, el portero Nikopolidis es tan experto como solvente, al igual que el croata Jarni, buen conocedor del fútbol español, y echa en falta al mejor Liberopoulos, que no acaba de encontrar el sitio. 'A doble partido', remacha Sousa, 'tiene más posibilidades el equipo de mayor calidad, el Barcelona, pero será mejor que no se confie'.

Equipo pesado, de juego lento, a partir de un convencional 4-4-2, rentabiliza al máximo las jugadas de estrategia, sabe administrar el marcador y se maneja menor de medio campo hacia el área rival que hacia la propia, aun cuando sus planteamientos son defensivos. El uruguayo Sergio Markarián, entrenador desde enero cuando sustituyó a Yannis Kyrastas después de clasificar a Paraguay para el Mundial, le ha dado una mayor competitividad, y el estadio Apostos Nikolaides, con capacidad para unos 18.000 espectadores, es un fortín inaccesible, por la comunión entre hinchas y jugadores, mucho más próximos que en el estadio olímpico. Atenas no le trae buenos recuerdos al Barça, que perdió la final de 1994 con el Milan en la capital griega. A los azulgrana, por contra, se le dan bien los equipos griegos (superó al PAOK en la UEFA-1976 y al AEK en la de 2001) y la ronda de cuartos, en la que ha eliminado al Wolwerhampton (1959- 1960), Kralove (1960-61), Atvidaberg (1974-75), Juventus (1985-86) y Chelsea (1999-00), y sólo ha caído ante el Paris St Germain (1994-95). Frente a la tradición, el Panathinaikos ofrece como antídoto un trébol verde, el símbolo del club. A juzgar por el sorteo, en cualquier caso, el Barcelona bien podría decir que, de momento, ha encontrado un trébol de cuatro hojas.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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