La bomba de un terrorista suicida hiere a tres personas cerca del sector judío de Jerusalén

La enorme presencia policial desplegada en Jerusalén no desanima a los activistas palestinos, pero tal vez logra, como anoche, reducir el coste en vidas humanas de sus acciones suicidas. Un control policial detectó al potencial hombre bomba y la explosión sólo provocó tres heridos, aunque uno de ellos, el policía, de gravedad.

Todavía no eran las nueve de la noche y con toda probabilidad, el atacante se dirigía al centro del sector judío de Jerusalén, donde se encuentra la zona de bares y restaurantes. De haber llegado allí, su acción para reivindicar la independencia palestina hubiera sido más sangrienta.

Pero se interpuso en su camino uno de los numerosos controles desplegados por toda la ciudad por temor a atentados durante la Pascua judía. Se trata del quinto atentado dentro de Israel desde que se iniciaron las fiestas el pasado miércoles. El control estaba situado cerca de la Ciudad Vieja, en las proximidades de la antigua Línea Verde, la frontera que separó hasta 1967 los sectores árabe (al Este) y judío (al Oeste) de la ciudad. No llegó a cruzar.

Un policía le dio el alto, le pidió la identificación y entonces el palestino hizo estallar la bomba, lo que causó su propia muerte. El agente fue el herido de mayor gravedad, según informó el jefe del cuerpo, Mickey Levy. El coche quedó completamente destruido y los restos del suicida esparcidos en un radio de más de 20 metros.

Los investigadores desconocían anoche si se había tratado de un suicida genuino o de un coche bomba que su conductor hizo estallar al verse descubierto. Las fuerzas de seguridad han emprendido la persecución de otro individuo, al que varios testigos dijeron vieron bajar del coche antes de la explosión.

Una hora después, el Ayuntamiento de Jerusalén canceló las celebraciones de Mimuna, la jornada festiva con la que se pone fin a la Pascua. La ciudad ha perdido a 26 vecinos sólo en los atentados del último mes.