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KPN bate récords de pérdidas

La operadora holandesa presenta los peores resultados de su historia

La operadora holandesa KPN registró en 2001 los peores resultados de la historia empresarial en los Países Bajos al perder 7.495 millones de euros, pero mantiene la confianza de los inversores gracias al buen ritmo de reducción de la deuda marcado por su presidente Ad Scheepbouwer.

La razón de la debacle ha sido, fundamentalmente, la depreciación de E-plus, la tercera compañía de móviles de Alemania, que en la actualidad tiene un valor en libros muy inferior a los 20.000 millones de euros que KPN pagó por ella en 1999. También presionaron los resultados los altos costes de los intereses de la enorme deuda que lastra desde hace años a la compañía holandesa y que se cifra en más de 15.500 millones de euros.

El presidente Scheepbouwer ha logrado reducir la deuda de la compañía en más de 7.000 millones de euros
La razón de la debacle ha sido la depreciación de E-plus, por la que KPN pagó 20.000 millones de euros en 1999

Con todo, el precio de los títulos apenas se movió ligeramente tras la presentación de las cifras, muestra de la esperanza en la recuperación y en la estricta política de su nuevo presidente, Scheepbouwer, que desde que tomó las riendas ha logrado reducir la deuda en más de 7.000 millones de euros.

La situación que se encontró Scheepbouwer en noviembre pasado no era nada halagüeña: la palabra quiebra empezaba a sonar con insistencia y, junto a la gigantesca deuda, se enfrentaba a una empresa con una credibilidad cero en círculos financieros y con una pérdida histórica en el valor de sus títulos.El operador holandés había entrado en una situación financiera delicada de la mano de su anterior presidente, Paul Smits, que, para algunos analistas, no fue más que una víctima del mal momento que atravesaba Europa en el sector de las telecomunicaciones.

Si poco después de asumir las riendas de la empresa, en marzo de 2000, el fin de las negociaciones de fusión con Telefónica supuso su primer gran golpe, fue sobre todo su desacertada política de expansión internacional y la diversificación de productos lo que colocó a KPN en una situación grave.

La incursión en la telefonía de tercera generación UTMS en Holanda y Alemania y la millonaria compra de E-plus arrojaron a la operadora a un agujero financiero de cerca de 23 millones de euros, que tocó fondo en septiembre con la marcha de Smits y el nombramiento de Scheepbouwer. El nuevo presidente era conocido por su pragmatismo y por su falta de miedo a la toma de decisiones impopulares; no en vano logró convertir la burocrática y antigua compañía de correos TPG en una lucrativa y moderna empresa postal.

Con su buena imagen pronto consiguió una línea de crédito de 2.500 millones de euros, luego anunció un endurecimiento de la reorganización que ya estaba en marcha, en enero lanzó una emisión de acciones de 5.000 millones de euros y en el mismo mes anunció la adquisición de E-Plus.

En la presentación de los resultados, la pasada semana, Ad Scheepebouwer definió los primeros meses de su dirección como 'un buen comienzo' y anunció como planes inmediatos lograr la 'estabilidad de la empresa', sobre todo, con la reducción de la deuda.

Para ello continuará con su política de venta de activos considerados no estratégicos, recomprará parte de la emisión de bonos por 1.500 millones de euros que vencen en junio 2003 y mantendrá el recorte de su plantilla, con lo que espera reducir anualmente 700 millones de euros a partir del año próximo.

Y a pesar de que E-Plus ha sido la principal responsable de su desastre financiero, todo hace indicar que el saneamiento va a pasar por el tirón del sector de la telefonía móvil. Saliendo al paso a los rumores de los últimos días, Scheepbouwer ha sido categórico: E-Plus no se vende.

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