'E. T.' vuelve y recupera el misterio de la infancia
Steven Spielberg reestrena 20 años después la película más íntima de su filmografía
Como asegura Steven Spielberg, 'es imposible volver a la infancia, pero sí es posible volver a sentirse como si uno fuera un niño'. Ése ha sido el deseo que ha dominado gran parte de la filmografía de este mago del cine y en especial su motivación para reestrenar su obra más personal, E. T., el extraterrestre, 20 años más tarde de su llegada a las pantallas.
Como asegura Steven Spielberg, 'es imposible volver a la infancia, pero sí es posible volver a sentirse como si uno fuera un niño'. Ése ha sido el deseo que ha dominado gran parte de la filmografía de este mago del cine y en especial su motivación para reestrenar su obra más personal, E. T., el extraterrestre, 20 años más tarde de su llegada a las pantallas. Son muchos los que parecen darle la razón, y como resume la revista Variety, 'si E.T. tenía ese aura de clásico instantáneo cuando se estrenó, las buenas noticias son que sigue siendo tan buena, si no mejor, en su vigésimo aniversario'. Se trata de un reestreno sonado, acompañado hace dos semanas de una gala donde John Williams interpretó en directo la banda sonora de esta película en sincronía con las imágenes, algo nunca hecho antes con un filme sonoro. La respuesta del público en Estados Unidos ha sido igual de sonora, proyectada simultáneamente en 3.007 pantallas por todo el país, como si se tratara de un nuevo gran estreno, y recaudando en la taquilla 15,1 millones de dólares durante su primer fin de semana en cartel.
'Ver a nuestros hijos reaccionar ahora como lo hacían los chavales que la vieron hace 20 años nos hizo darnos cuenta de que era posible volver a recuperar esas emociones que hicieron de esta película lo que es', reconoce la productora Kathleen Kennedy recordando la proyección en la que tanto ella como Spielberg juntaron a sus hijos, 'ocho en total', como conejillos de indias para comprobar si E. T. era capaz de soportar el paso del tiempo en su reestreno.
Incluso superada esta prueba crucial, 'que dejó a toda la sala bañada en lágrimas, y es que lloramos hasta los que habíamos visto la película ni se sabe las veces', el proyecto de este reestreno se mantuvo en secreto durante meses ante las dudas de su realizador. Spielberg ha limitado durante estos 20 años los pases de esta cinta que, con una recaudación mundial que supera los 700 millones de dólares, está entre las más taquilleras de la historia del cine. El filme ha sido escasamente emitido por televisión, hasta la fecha no existe en DVD y, pese al éxito, nunca quiso realizar una segunda parte. 'Siempre pensó que sería abaratar su obra', recuerda Drew Barrymore, protagonista de la cinta cuando sólo tenía seis años, junto con un jovencísimo Henry Thomas, de ocho años. Según recuerda Kennedy, lo único que existió fue una novelización titulada E. T. y el planeta verde que mucha gente entendió como la secuela. Sin embargo animado por los reestrenos de la trilogía de La guerra de las galaxias y en especial por los cambios que George Lucas pudo hacer en los filmes, la proyectada celebración del 20º aniversario de E. T. siguió adelante. 'Era como si algunas de las imágenes de esta película le hicieran rechinar los dientes, algo que me sorprendió porque siendo un clásico pensaba que iba a misa', recuerda el director de animación Colin Brady de su visionado de la película junto a Spielberg. Con un pequeño equipo de ILM, los mismos estudios premiados hace 20 años con un Oscar por los efectos especiales de este filme, Brady se encargó de los retoques solicitados por el realizador, que comenzaron por incluir dos nuevas secuencias filmadas con anterioridad pero que nunca funcionaron (un total de dos minutos y medio que muestran a E. T. en la fiesta de Halloween y en la bañera con Elliot), siguieron con una mejora digital de la calidad de la imagen y del sonido y con la incorporación de efectos como humo y brillos, y acabaron con la sustitución, en escenas claves, del E. T. creado por Carlo Rambaldi hace 20 años a base de marionetas y efectos mecánicos por una criatura generada digitalmente por ordenador, tecnología no disponible en aquel entonces. 'Eso sí, siempre seguimos las directrices marcadas en el original por Rambaldi', subraya Bill George, supervisor de efectos especiales de este equipo que trabajó en la película durante seis meses sin contar con ninguna ayuda por parte del experto italiano, 'posiblemente por razones legales', dadas las tensiones existentes con Spielberg.
Kennedy justifica estos cambios aludiendo a 'la naturaleza humana', consciente como Spielberg de que en la actualidad es posible hacer cosas que no se podían hacer hace dos décadas.
Babelia
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