Caretas para actores aficionados

Juan Vega Cano da los últimos retoques a las caretas que se estrenarán en esta Semana Santa. A sus 77 años sigue siendo uno de los artífices de la semana de Pasión en Alcalá la Real (Jaén), y a él se debe en gran parte que esta celebración religiosa fuese declarada hace tres años Fiesta de Interés Turístico en Andalucía. Desde que era joven es el encargado de fabricar los populares rostrillos, una especie de careta para caracterizar a los personajes con los que se escenifican distintos pasajes de la Semana Santa por las calles alcalaínas.

'Aprendí a hacerlas después de la guerra civil y tuve la suerte de que me enseñara Antonio Condado, que era el que las hacía antes', señala Juan Vega mientras muestra el repertorio de rostrillos que guarda en el taller de su casa. 'La de Judas es la más complicada pues hay que acentuarle más cada rasgo para que parezca el más malo', explica. Juan Vega emplea unas cinco horas en fabricar cada rostrillo, para lo cual utiliza papel de estraza, cola de conejo y harina hervida, materiales que han sustituido a la cera empleada antiguamente. Pero el proceso seguido es más complejo de lo que puede parecer: 'Hay que sacar el molde de una careta vieja, después se deja que se seque antes de darle con escayola y pintura y, finalmente, darle con lija'.

Juan Vega, que ahora enseña a sus nietos para que esta tradición perdure, recuerda que se aficionó a esta labor después de practicar con la caracterización de los personajes de los tebeos de cuando él era joven. Desde entonces ha fabricado más de 200 rostrillos, 'y eso que desde la guerra civil hasta la década de los años ochenta la Semana Santa estuvo muerta en Alcalá', recalca.

La variedad de rostrillos fabricados por Juan Vega es tanta como los personajes que aparecen en la representación viviente, el Jueves y el Viernes Santo. 'Es la nota más singular de nuestra Semana Santa', asegura Carlos Calvo, secretario de la junta de hermandades. En Alcalá, medio centenar de personas, pertenecientes a las cofradías del Ecce Homo y de los Apóstoles, son los encargados de portar los rostrillos, que 'sirven para ocultar al actor y poner de manifiesto el carácter anónimo y no profesional de los participantes', explica Carlos Calvo.