Los guipuzcoanos Ruhne debutan con un disco de inspiración celta
Oihuka acaba de publicar Ilegal, el primer disco de los guipuzcoanos Rhune, y el lanzamiento llama la atención porque se separa de la producción habitual de la discográfica donostiarra. El septeto irunés ha grabado un disco de lo que se conoce como rock celta, popularizado en su día por el grupo vallisoletano Celtas Cortos. Ésa es su propuesta, a pesar de que no se trata de un género muy extendido.
'En lo que es el rock celta creo que no hay competencia en Euskadi, ni en el resto del Estado. Nos han llamado de mogollón de festivales porque éramos de los poquitos grupos que hacíamos esto. La gente, en los últimos años, se ha decantado más por el folk más tradicional, la vena más gallega o asturiana, o por mezclarlo con nuevas músicas, como la new age o el jazz', señala Javier Álvarez, un cantante que hace constantes referencias a la música folk. Aunque no cree que dicho término sea el más adecuado para definir la música de Rhune.
'No, porque hablar de folk es como hablar de flamenco. Lo mismo que en el flamenco no hay que mezclar la rumba, hablar de rock celta y hablar de folk son dos cosas muy diferentes. Quizá sí tenemos un punto de música folk que envuelve todo lo que hacemos, pero en todas nuestras canciones pretendemos hacer un mestizaje, bien sea con el rock, con el pop o con ritmos como el reggae o el ska británico', confiesa el vocalista antes de desgranar una lista de influencias en la que incluye a Celtas Cortos ('la referencia obvia'), Sorotan Bele, Oyster Band, Levellers, The Pogues, Ganbara, Alboka y Oskorri.
Festivo y pagano
Acordeón, flauta, violín, güiro, palo de agua y arpa de boca son algunos de los instrumentos que utilizan los miembros de Rhune, que anteriormente han tocado en formaciones clásicas, de folk y de reggae. Pero, para sus autores, tan importante como la instrumentación es la temática de las letras, que abarca el mundo cervecero, el ambiente y la camaradería de club, el sistema educativo y el desigual reparto del trabajo, el desempleo, la censura y la situación de los inmigrantes irregulares que llegan a España. Ésas son las preocupaciones de unos músicos que buscan en los textos 'la contundencia del rock'.
Ilegal es el estreno discográfico de Rhune, pero este nombre solo sirve para identificar al conjunto guipuzcoano desde hace unos pocos meses. Desde la pasada década se hacía llamar Guinness, pero la conocida marca de cerveza le ha impedido, a última hora, utilizar tal denominación. Así, han acabado recurriendo a Rhune, un nombre relacionado con el monte Arun que divisan desde Irún ('en él se celebran akelarres, y nuestra música tiene mucho que ver con lo festivo y con el paganismo'), con las runas ('la forma de escritura celta o escandinava') y con ciertas piedras que se utilizan para la adivinación. 'Se trata de jugar un poco con todo ello', dice Álvarez.
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