'Grupúsculo violento'
El viernes 15 de marzo me encontraba entre la gente que protagonizó la acción contra B. Cassen en la Universidad de Barcelona y a la que Josep Ramoneda, en su artículo del martes 19 de marzo, calificó de 'grupúsculo violento'. Esta calificación no es un error debido a la ignorancia. Es un fiel reflejo de su posición política.
Resulta que tal grupúsculo ocupaba un tercio del aforo de la sala y que estaba conformado por gente que no nos conocíamos o que, a lo más, nos acabábamos de conocer: estudiantes y no estudiantes, muchos de nosotros vinculados de una forma u otra a la UB. Gente que lo único que por un momento tuvimos en común fue lo siguiente: no aceptar el chantaje político que ha monopolizado la contracumbre barcelonesa de este fin de semana. Gente que no reconocemos como único enemigo al cuarteto formado por Aznar, Bush, Blair y Berlusconi y que no nos contentamos con identificar globalización y neoliberalismo. Gente alegre que queremos abrir un espacio político mucho más amplio que el que nos ofrece el paraguas del consenso y de la Europa social. Gente viva que aspiramos a mucho más. ¿Violentos? Sí fuimos violentos, pero contra una única cosa: la censura que impone el consenso del sistema de partidos, el sentido común que demasiado a menudo nos impide ver que hay un espacio de lucha y de intervención políticas mucho más rico que el que ustedes pretenden, de nuevo, apadrinar.
La detección de 'grupúsculos' violentos es una herramienta de político viejo. A nosotros, por suerte, no nos dice nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.