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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Suavidad sin nervio

La imagen rupturista del Primera se mantiene por dentro, pero aporta ventajas e inconvenientes. La posición del cuadro de instrumentos en el centro del salpicadero aumenta la sensación de amplitud, pero no está bien resuelta: los relojes son pequeños, quedan demasiado lejos y obligan a apartar la vista más de lo deseable para ver el velocímetro y sobre todo el cuentavueltas.

El resto de los mandos (climatización, audio...) van agrupados sobre la consola central y están a mano. Y la posición de conducción es correcta, con volante regulable en altura y distancia, y un asiento de banqueta corta, pero más alto de lo normal, que facilita el acceso y la visibilidad.

Un turbodiésel perezoso

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Una berlina con espíritu innovador

El Primera estrena la última evolución del motor 2.2 turbodiésel que montan los Tino y X-Trail, con inyección directa y raíl común. Pero incluye un turbo de geometría variable que eleva la potencia a 126 CV. La cifra es buena, pero no se confirma en la práctica. Tiene un tacto tan fino y suave que cuesta apreciar si es un diésel. Sin embargo, le falta nervio en todos los regímenes y sobre todo responde con poca fuerza por debajo de 2.000 vueltas, lo que obliga a reducir más de la cuenta. Además, el cambio de seis marchas tiene unas relaciones muy largas que penalizan las prestaciones.

El resultado es un rendimiento inferior al de otros competidores, y con el consumo sucede lo mismo. Es austero, pero gasta más que los mejores: unos 8 litros a ritmos suaves y entre 9 y 10 en conducción rápida y ciudad.

Buen comportamiento dinámico

Pero si el turbodiésel de Nissan no destaca, el Primera conserva el excelente comportamiento dinámico que le ha situado siempre entre las referencias en su tamaño. Es ágil, seguro y fácil de conducir. Y mantiene un buen equilibrio entre estabilidad y confort. Las suspensiones son enérgicas y de tacto casi deportivo, sobre todo con las llantas de 17 pulgadas. Pero circula con solidez en pisos bacheados, tiene aplomo en trazados rápidos y balancea poco en las curvas, aunque sean cerradas. Además, la dirección es muy precisa y permite conducir relajadamente disfrutando su buena estabilidad. Y como está bien aislado no cansa en los viajes largos.

El conjunto se completa con un ABS muy completo y unos buenos frenos que paran en distancias cortas. Pero el control de estabilidad ESP, de serie en muchos rivales, no está disponible todavía.

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