'Quería contar la historia de unos niños en el infierno'
Guerreros es la historia de un grupo de zapadores en la guerra de Kosovo, la historia de 'un chico que se sacrifica para salvar a sus compañeros, un verdugo que es una víctima. Es, en definitiva, la historia de unos niños en el infierno'. La quinta película de Daniel Calparsoro (San Sebastián, 1968) narra la dramática aventura de un pelotón de soldados españoles en el paisaje de la falsa paz de la posguerra balcánica. Una película que no pretende ser la crónica documental de un conflicto bélico cercano, sino el viaje, externo e interno, de unos soldados casi adolescentes que se encuentran con 'el horror'. 'Guerreros', afirma Calparsoro. 'Nació de una idea: la de un ángel convertido en diablo. La guerra de Kosovo era un buen lugar para dejar caer a ese ángel. Es la historia de un chico que tiene las mejores intenciones del mundo pero al que la situación le hace comportarse como una bestia. Me fui a Bosnia con unos amigos, uno de ellos ex militar, para ver si aquella idea tenía alguna consistencia. Me contaron muchas historias, leyendas urbanas de soldados que fui convirtiendo en las ocho páginas con las que nació la película'.
'Es la historia de un viaje, que empieza como una película de guerra y acaba como una película de terror'
'Ésta no es una película de guerra al estilo del cine bélico. Es la historia de un viaje, un viaje que empieza como una película de guerra y acaba como una película de terror',continúa el director. Calparsoro ha trabajado durante los últimos dos años en un proyecto que desde un principio estuvo rodeado de interrogantes: 'España es un país muy antimilitarista, y siempre nos preguntamos si a alguien le podía interesar cómo es la vida de un soldado español en el extranjero. Con Guerreros hemos intentado recrear una iconografía cinematográfica que en Estados Unidos está ya muy asentada. Guerreros hace un retrato del Ejército español que no es ni elegiaco, ni paródico, ni esperpéntico, ni propagandístico. En ese sentido, es una película diferente'.
Calparsoro insiste en la novedad que supone en la cinematografía española una película como Guerreros. Juan Cavestany, coguionista del filme, el productor Enrique López y yo viajamos a Kosovo y estudiamos cómo era la vida de los soldados, la mayoría muy jóvenes, la mayoría de la misma generación que sigue Gran Hermano y Operación Triunfo. Chicos que se van en busca de aventura o simplemente a ganar un sueldo para comprar luego un coche en España. No queríamos hacer una película realista o documental, pero sí queríamos que fuera totalmente verosímil'.El tercer y definitivo viaje de Calparsoro a Kosovo fue con un equipo de jóvenes actores a su cargo. Un pelotón interpretado por Eduardo Noriega (el teniente Alonso), Eloy Azorín, (el soldado Vidal), Rubén Ochandiano (el sargento Rubio), Carla Pérez (la soldado Balbuena), Jordi Vilches (cabo primero Ballesteros), Roger Casamajor (el soldado Lucas) e Iñaki Font (el soldado Gómez).
Durante el rodaje, el alto el fuego estaba garantizado por la misión de la OTAN en Kosovo (la KFOR), pero aun así los tiroteos y altercados eran diarios. Los soldados de la Legión española protegían al equipo del rodaje. 'Fue, para el equipo, y para mí, una experiencia muy fuerte, que ha influido en la película, en su recorrido, en su forma, en su contenido'.
'Para mí, por muchas razones, Guerreros es como mi segunda película',afirma el director, que debutó en 1994 con Salto al vacío, que fue también la primera película de la actriz Najwa Nimri, hoy autora de la música de Guerreros. 'En Salto al vacío y en Guerreros', añade Calparsoro, 'hay una estética parecida, las cabezas rapadas, el verde..., la sensación de asfixia. Cuando buscábamos al protagonista de Guerreros yo quería a un hermano de Álex (personaje que en Salto al vacío interpretaba Najwa Nimri), una persona que expresara una fragilidad tremenda, que es lo que yo buscaba en Najwa cuando rodé mi primera película. Yo no quería un verdugo, sino una víctima. Y por eso creo que Eloy era el protagonista perfecto para esta película, por su físico, por todo'.
Para Calparsoro, Guerreros es su película más acabada, la que más se acerca a lo que quería contar y a cómo lo quería contar. Y, además, dice' creo que no es una película con un contenido ambiguo. Es una historia muy sencilla, no simple, pero casi, aunque llega al lugar a donde quería llegar'.
Babelia
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