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Reportaje:

El Oscar divide a los bosnios

El premio para 'En tierra de nadie' reabre heridas entre serbios y musulmanes

'Esto es para mi país, Bosnia', dijo el realizador Danis Tanovic al recibir el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por su filme En tierra de nadie (No man's land). Era la primera vez que Bosnia, un Estado con 10 años de existencia, recibía la estatuilla. Pero el premio más importante de la industria del cine ha avivado las tensiones étnicas en este país dividido y la alegría de los bosniomusulmanes, como Tanovic, contrasta con las críticas de los serbios.

'No hay palabras suficientes para describir lo que siento', dijo Hatidza, la madre de este realizador de 32 años. 'La justicia y la verdad han ganado. Hay tan poca justicia en el mundo que es maravilloso que sea recompensada', afirmó Mehmed, el padre del cineasta, quien aseguró que su hijo había prometido tomar el primer avión desde Los Ángeles hacia Sarajevo.

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En un comunicado, la presidencia colegial de Bosnia-Herzegovina, un Estado formado por dos entidades, la Federación Croato-Bosnia y la República Serbia, también felicitó a Tanovic. 'En estos momentos de alegría y de celebración para todos los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina, los políticos son probablemente los últimos en poder felicitarse de este éxito', indica el comunicado. 'Sin embargo, compartimos la alegría de todos aquellos que creen en el futuro y en la prosperidad'.

A pesar del frío, numerosos bosnios, tanto en Sarajevo como en pequeños pueblos de la Federación, se mantuvieron despiertos toda la noche para seguir la retransmisión de los Oscar. 'Es un día luminoso para Sarajevo', estimaron numerosos oyentes de un programa de radio de la Federación, que siguió la entrega de galardones durante cuatro horas. 'Es tan importante para todos aquellos que estábamos en la ciudad durante el sitio de Sarajevo', dijo Ruza Markulj, de 58 años, antigua cocinera del Ejército bosnio.

Escrita y dirigida por Tanovic, que vive en Francia, En tierra de nadie -que permanece todavía en la cartelera de numerosas ciudades españolas- es una metáfora agridulce de la barbarie que desgarró Bosnia entre 1992 y 1995 y ya había ganado el Globo de Oro y el premio al mejor guión en el último Festival de Cannes. El filme relata la historia de tres soldados enemigos -dos bosnios y un serbio- que se encuentran atrapados en una trinchera abandonada entre las líneas del frente. Los dardos lanzados por Danis Tanovic, que grabó miles de horas de combates durante la guerra cuando trabajó como documentalista y responsable de los archivos fílmicos del Gobierno de Bosnia-Herzegovina, no excluyen a nadie: ni a las tropas internacionales desplegadas en su país, ni a los periodistas, que aparecen más preocupados por las exclusivas que por el sufrimiento, ni a los soldados de los dos bandos. Según el realizador, su objetivo era 'elevar una voz contra la guerra'.

Los serbios de Bosnia, sin embargo, celosos de su identidad, ven en el premio a En tierra de nadie una recompensa política. La televisión y las radios de la República Serbia han mencionado el premio recibido por la película, pero no han abierto los informativos con la noticia.

Para Dragan, un habitante de Banja Luka, sede de las instituciones de la República Serbia, la decisión de conceder el Oscar a la película de Tanovic es una muestra de la política de la comunidad internacional hacia Bosnia. 'Pensaron: 'Pobre Bosnia. Ha sufrido mucho durante la guerra y no podíamos dejar de recompensarle con un Oscar', declaró. Pero considera que el realizador 'no habría logrado el Oscar' si los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood 'hubiesen sido realmente objetivos'. 'El filme representa el fracaso del intento para asegurar la paz entre dos facciones en guerra', estima por su parte Dragan, un periodista de Pale, capital de los serbios de Bosnia durante la guerra. 'Es pura propaganda para facilitar la unidad de Bosnia', asegura. Los ultranacionalistas serbios quieren abandonar Bosnia para unirse a Serbia.

Una secretaria croata de Mostar no se mostró entusiasmada con el premio, aunque sí satisfecha. 'Por fin hemos visto que podemos ser conocidos en el extranjero por algo positivo', dijo Stefa Drmac, perteneciente a la tercera etnia que convive en Bosnia-Herzegovina.

Los padres de Danis Tanovic, Mevludin y Hatidza, ven a su hijo por televisión desde su casa en Sarajevo.
Los padres de Danis Tanovic, Mevludin y Hatidza, ven a su hijo por televisión desde su casa en Sarajevo.AP

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