La liberalización evitará que España sea una 'isla eléctrica'

La iniciativa de adelantar la liberalización del mercado energético en la UE le resuelve a España un problema vital, el de la falta de conexión con el resto de los países europeos por su dependencia geográfica de Francia, que convierten el mercado ibérico en una isla.

Sobre las fechas para conseguir la apertura total del gas y de la electricidad, en discusión entre los Quince, no se plantean problemas ya que el sector quedará completamente abierto a la competencia en 2003, al menos en teoría. Por eso, el Gobierno español está abanderando con tanto interés la propuesta de la Comisión Europea.

En la actualidad, en España está abierto por ley el 54% del mercado eléctrico y el 72% del gas. El objetivo del Gobierno es tenerlo totalmente liberalizado en 2003 en ambos sectores. La directiva en vigor sobre la electricidad establecía que en 2000 todos los Estados miembros debían liberalizar como mínimo un 30% de su mercado. Cuatro países se quedaron en esa franja y los 11 restantes la superaron, lo que crea importantes divergencias. La media de apertura en el mercado de la electricidad es del 66% en la UE y del 79% en el gas.

El adelantar la apertura total del mercado resolverá ese problema de asimetría que sufre el sector y que durará hasta 2007 si se mantienen las reglas actuales. Pero son datos sobre el papel, porque la realidad es bien distinta. El mercado español de la electricidad se lo reparten cuatro grandes compañías -Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico- y para que una empresa de nueva creación pueda competir, la situación de oligopolio lo pone muy difícil en el terreno de la generación de electricidad, no así en la comercialización.

Otra dificultad a la que se enfrenta España es la falta de interconexiones con el resto de Europa. El 3% del consumo viene de fuera. En el gas ese problema no existe gracias a la red de gasificación que desde el norte de África recorre la Península.