Espionaje espacial en el banquillo
Universitarios de siete países de la UE simulan juicios por la utilización de satélites
La Universidad de Jaén parecía ayer el Tribunal Internacional de La Haya. Las grandes superpotencias y los países más subdesarrollados se vieron las caras ante un tribunal compuesto por expertos en Derecho del Espacio. La utilización indebida del espacio aéreo a través de satélites o el espionaje espacial fueron los temas sobre los giraron una serie de juicios que, aunque basados en la ficción, sirvieron para reflejar la intensa batalla política y económica que las naciones ya están librando alrededor de la Tierra.
'Es la primera vez que el Derecho antecede a una realidad social'. La frase es de Raquel Palacios, una joven de 21 años estudiante de Derecho en la Universidad de Jaén. Raquel, junto a otros alumnos de siete universidades europeas, tuvo que sacar a flote toda su habilidad para simular juicios entre dos países por conflictos espaciales. Todos ellos participaron en la denominada Manfred Lachs Moot Court Competition, un simulacro que ofrece a estudiantes de diversas nacionalidades la oportunidad de aplicar sus conocimientos sobre Derecho Espacial a un caso práctico.
Hasta Jaén llegaron estudiantes de las universidades de Lüneburg (Alemania), París Sur y París I (Francia), Padua (Italia), Warwick (Reino Unido) -que resultó ganadora- y las españolas Jaén y Granada. Para el ganador hay reservado un viaje a Houston (EEUU), donde se celebrará la final con los ganadores de Norteamérica.
Ana Ansino y Raquel Palacios tuvieron el privilegio de representar a la Universidad de Jaén, mientras que Manuel García y Enma Hierro lo hicieron por Granada. Aunque detrás de ellos había un equipo de compañeros que les ayudaron a preparar el caso práctico, finalmente su dominio del inglés -idioma de la competición- les llevó a actuar como ponentes ante un tribunal que imponía por su rictus de seriedad y de máxima exigencia. Estaba compuesto por tres acreditados juristas y especialistas en Derecho del Espacio: la italiana Elisabetta Baek Impallomeni, el francés Armel Kerresy el holandés Frans von der Dunk.
Ana Ansino tuvo que actuar como demandante ante el representante británico. Para ello realizó un viaje en el tiempo hasta el 2030 y creó un país imaginario y pobre, Utopía, que hace una labor de teledetección para un tercer país, Ecuatoria. Entonces aparece la gran superpotencia, Friedlistan, que lanza un destructivo rayo láser que acaba con la nave de Utopía. Ana exigió un severo castigo hacia Friedlistan por invasión del espacio aéreo y por denegación de auxilio al no acceder a prestar el GPS para localizar el satélite atacado.
En el lado contrario, Raquel Palacios jugó el rol de demandada y rivalizar contra una alumna de Granada. La argumentación de Raquel se transformó en una encendida defensa del espionaje espacial por la amenaza terrorista existente, que llegó a comparar con el atentado del 11-S en Nueva York. Además, eludió cualquier tipo de responsabilidad por los daños amparándose en la decisión de la Estación Espacial Internacional.
Todo empezó con la guerra fría
De alguna manera, las ficciones recreadas ayer por los alumnos de Derecho guardaron mucha relación con la llamada guerra fría que EEUU y la URSS mantuvieron en la década de los 60. Raquel Palacios recuerda que en aquel momento la utilización de satélites americanos en el espacio aéreo ruso desató un conflicto de dimensiones similares a las que ayer se plantearon en los juicios simulados. La singular competición que ayer acogió la Universidad de Jaén, promovida por la Agencia Europea del Espacio, siempre se había celebrado hasta ahora en París, pero ha llegado hasta Jaén gracias al empeño del profesor Juan Manuel Faramiñán, que lleva muchos años trabajando en el Derecho del espacio exterior y que hoy verá recompensado su esfuerzo con la visita a Jaén de Pedro Duque, el astronauta español de la Agencia Espacial Europea. 'El espacio no es ciencia-ficción, sino una realidad evidente', señala el profesor Faramiñán, que advierte de los intereses económicos y políticos que los países más poderosos están librando en el espacio. A su juicio, en el marco del Derecho del Espacio hay muchas lagunas que se pusieron de manifiesto en la competición realizada ayer por alumnos de varias universidades europeas. Faramiñán alude a los tratados existentes sobre rescate de astronautas, responsabilidad civil en el espacio, así como en torno a la luna y otros cuerpos celestes. Pese al déficit jurídico en este campo, los alumnos que ayer mostraron sus credenciales de futuros expertos en Derecho Internacional desempolvaron todos los instrumentos disponibles, desde el Convenio de Chicago de 1944 hasta las resoluciones de Naciones Unidas sobre teledetección. Qué ocurre si se causa un perjuicio de forma dolosa o culposa, o qué Estado responde, si el dueño de la nave o el que la lanza, fueron algunas de las cuestiones que tuvieron que dilucidar los avezados estudiantes de Derecho que, después de la experiencia de ayer, no dudan en plantearse su futuro laboral ligado al Derecho Espacial. 'El nivel es muy alto', subrayaba la profesora Carmen Muñoz, que seguía muy atenta a sus alumnos mientras recordaba con nostalgia su paso por esta competición hace siete años en París.
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