La mitad de las condenas inferiores a cinco años son por conducir borracho

Aproximadamente el 50% de las condenas judiciales con penas inferiores a cinco años son en el País Vasco por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. El índice es tan alto en la comunidada autónoma que llega a duplicar a las condenas de robo con fuerza, el siguiente delito en la lista de ejecutorias, según datos judiciales.

Sólo en el mes de junio del pasado año, se contabilizaron en Vizcaya 82 condenas por conducir en estado de embriaguez, mientras que fueron 34 las relacionados con robo. El aumento de este tipo de delito parece responder más, según los medios judiciales consultados al incremento de los controles de alcoholemia de la Ertzaintza y algunas policías municipales que a un relajamiento de la conducta de los conductores en relación con el consumo de alcohol.

Las condenas por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas descubierta en controles preventivos o tras un accidente son cada vez más numerosas en los juzgados. Los atestados realizados por la Ertzaintza terminan en un tribunal que determina la culpabilidad o no del conductor. La negativa a someterse a las pruebas de también se considera un delito y acaba igualmente ante un juez. La celebración del juicio es rápido, unos seis meses, frente a los dos años de media de otros procesos judiciales. También es habitual que el fiscal y el abogado del acusado lleguen a un acuerdo sobre la pena y eviten así la celebración del juicio.En la capital vizcaína, el porcentaje de condenas por delitos contra la seguridad pública, que así se denomina, concentró el pasado año alrededor del 45% del total de casos con penas de menos de cinco años. Sólo en el mes de mayo se ejecutaron 85 sentencias, frente a las 49 relacionadas con robos con fuerza, que ocupan el segundo lugar de la escala de este tipo de calificaciones penales. En junio del mismo año, la diferencia fue incluso mayor. Así, las penas por conducir en estado de embriaguez fueron 82, frente a las 34 de robo. En siete meses, entre abril y noviembre del año 2001, el Juzgado número 7 de lo Penal, a cargo de las ejecutorias en Vizcaya, condenó por este motivo a unos 500 conductores.

En Guipúzcoa, los fallos judiciales por conducir ebrio pueden superar el 50% del total de delitos condenados con penas inferiores a los cinco años de prisión. Con datos de este mismo mes, el Juzgado de lo Penal número 4 de San Sebastián, que se encarga de la ejecución, tramita un 60% de condenas con multa, de las que 'casi la mayoría' son por conducción con influencia de bebidas alcohólicas. Los datos de Álava no están disponibles, pero se estima que no son muy distintos a los de los otros dos territorios.

'Es difícil asegurar si ahora los conductores beben más que antes pero, desde luego, se juzgan muchos más casos, y las condenas que se ejecutan son más. Seguramente se debe a que el control de la Ertzaintza es mayor en los últimos años, y no al hecho de que se beba más. No está claro que en el País Vasco se ingiera más alcohol que en otras comunidades', coinciden en señalar diversas fuentes judiciales. Por el contrario, los robos con violencia no llegan en Euskadi al 5% del total de delitos denunciados. Un porcentaje muy por debajo al de otras comunidades españolas.

El alcohol reduce la concentración y los reflejos cuando se conduce. Actúa de forma parecida a los tranquilizantes, pero de manera más rápida. Además, aumenta el riesgo de muerte o invalidez por accidente de tráfico. Un reciente estudio del Instituto Nacional de Toxicología sobre 75 casos de accidentes mortales de circulación ocurridos en el País Vasco revela que 33 de las víctimas presentaban alcohol en la sangre en diferentes concentraciones.

El 92% de los afectados eran varones de edades comprendidas entre 21 y 31 años y el 63% de los accidentes ocurrieron en días laborales, lo que no corrobora la impresión de que es en los fines de semana cuando se dan más casos de conducción bajo los efectos del alcohol.

Mayor control, más condenas

El próximo 7 de mayo se cumplirán tres años de la entrada en vigor de las nuevas tasas de alcoholemia, que redujeron el máximo permitido a los conductores de turismos particulares de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre a 0,5. Con la medida se incrementaron los controles preventivos y los relacionados con accidentes. La mayor vigilancia policial trajo un incremento en el número de delitos y de condenas. 'La mayor parte de los resultados positivos son siempre consecuencia de controles preventivos', informa un portavoz de la Ertzaintza.

Durante el primer año de la puesta en marcha de la medida (de mayo de 1999 a junio de 2000) la policía autónoma realizó 87.963 controles, de los que aproximadamente un 7% resultaron positivos. En 1999 llevó a cabo 69.255 pruebas preventivas, más del doble que dos años antes, de las que 4.359 (6,29% fueron positivas). Además, a 3.423 conductores implicados en accidentes de tráfico se les requirió que practicaran la prueba. Se comprobó que 635 de ellos, una quinta parte, tenían una tasa superior a la permitida y 110 se negaron a soplar. También fueron condenados.