El presidente del BBVA pide "tolerancia cero" con el terrorismo

Francisco González, que dirigió ayer en Bilbao la primera junta general como presidente único del BBVA, realizó una encendida defensa de la necesidad del consenso de todos los países 'contra el terrorismo, de cualquier signo y en cualquier parte', en línea con los planteamientos que ha mantenido el banco en años anteriores. A su juicio, 'éste es el mayor problema de España', y 'para un grupo como el nuestro, con profundas raíces en el País Vasco, este consenso supone una inyección de esperanza' para su erradicación total. 'Con el terrorismo hay que tener tolerancia cero', afirmó. Por otra parte, González pidió al Gobierno que aprovechara la presidencia de la UE para acelerar las reformas laborales que provocan una alta inflación y aumento de costes en España y Europa.

Francisco González también anticipó que el banco mejorará las etapas anteriores 'sobre la base de un proyecto ambicioso y realista a la vez' y garantizó que la sede seguirá en Bilbao.

Suceso determinante

El presidente único del BBVA aseguró en su discurso ante los accionistas que 'el suceso más determinante de 2001 ha sido el brutal ataque terrorista del l1 de septiembre, que ha puesto de manifiesto la gravedad de la amenaza terrorista'. A su juicio, esta situación también ha permitido constatar la fortaleza de las estructuras económicas y políticas de las sociedades democráticas, 'y su determinación para seguir creando riqueza en un clima de libertad'.

En este sentido, señaló que los ataques del 11 de septiembre han provocado 'un cambio de percepción decisivo: el reconocimiento, sin ningún tipo de ambigüedades, de que el terrorismo de cualquier signo y en cualquier parte es un problema de primera magnitud para todos. Y, por lo tanto, todos los países estamos implicados en esta lucha'.

González hizo claras referencias a lo que supone este problema para un banco como el BBVA, que ha recibido tres ataques terroristas en sus oficinas en las últimas semanas. 'Para un grupo como el nuestro, con profundas raíces en el País Vasco, este consenso supone una valiosa inyección de fortaleza y de esperanza para avanzar hacia la erradicación total del terrorismo, que es, sin duda, el mayor problema de España'. Además añadió que tenía esperanzas de que 'entre todos podamos construir un país en paz y libertad'.

Mientras el presidente del BBVA pronunciaba estas palabras, varios miembros de la plataforma Hemen eta Munduan, que pide una globalización humanizada con respeto a los derechos de los indígenas, profirieron gritos en la sala en la que se celebraba la junta y fueron retirados por los miembros de seguridad de la entidad. En el exterior del Palacio Euskalduna, donde se celebraba la reunión, medio centenar de personas protestaron con pancartas y disfraces contra la política de negocio que lleva a cabo la entidad.

Incidente

Refiriéndose al incidente, González señaló, saliéndose de su discurso, que 'estas personas que están interrumpiendo esta reunión democrática demuestran que no respetan la libertad de los demás. Con el terrorismo hay que tener tolerancia cero. Esto es algo que hay que tener muy claro'.

En ocasiones anteriores, el entonces presidente del BBVA, Emilio Ybarra, también había pedido el consenso de los partidos políticos y de toda la sociedad contra el terrorismo. Ybarra ha tenido, en otras juntas, intervenciones con alta carga sentimental ya que alguna de ellas se produjo meses después de la liberación de Cosme Delclaux, secuestrado por ETA y perteneciente a una familia de Neguri ligada durante décadas al banco. El entorno del BBVA siempre ha sido blanco de los terroristas. Uno de sus últimos ataques personales los ha sufrido la senadora Pilar Aresti, esposa del consejero Ramón Icaza.

El presidente del BBVA, que en numerosas ocasiones se salió del discurso escrito para explicar diferentes aspectos de la actualidad en relación con el banco, comentó que Europa 'sigue necesitando reformas que favorezcan un aumento de su flexibilidad económica'.

Sobre la economía española señaló que todavía persisten 'rigideces notables', cuyos síntomas son 'una inflación y un aumento de los costes laborales'. Para evitar esta situación, pidió que el Gobierno aproveche su presidencia en la Unión Europea 'para impulsar las reformas que Europa, y la propia España, necesitan'.

González reconoció que el ejercicio 2002 será un año difícil en algunos países de Latinoamérica, sobre todo Argentina, Venezuela y Colombia. Respecto al primero, dijo estar 'casi seguro' de que no será necesario recapitalizar su filial en aquel país, el Banco Francés.

Nueva etapa

A pesar de estos problemas, el presidente anunció que 'se abre una nueva etapa que estoy seguro de que conseguiremos que sea todavía más brillante que la anterior'. En su discurso hubo numerosas referencias a la superación de la etapa anterior y a las reformas en la estructura del banco y de la gestión. Así, indicó que el tamaño de la entidad dejará de ser una referencia para centrarse en la rentabilidad de todas la inversiones.

Dos accionistas pidieron la palabra para interrogar al presidente sobre sus planes sobre la sede del banco. González se mostró tajante en su respuesta y afirmó que 'en el País Vasco tenemos una buena parte de nuestros accionistas, colaboradores, clientes. Queremos seguir aquí y seguiremos aquí y punto. No vamos a hacer aventuras ni demagogia sobre este tema', sentenció.

La junta aprobó las cuentas de 2001, en las que el beneficio por acción creció un 1,7%, aunque el dividendo aumentó un 5,5%. José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, anunció un cambio del modelo de negocio que llevará al banco a ser una referencia europea en 'rentabilidad y eficiencia'.

Goirigolzarri destacó, además, que al cierre del pasado ejercicio la cartera de empresas del grupo industrial tenía un valor de mercado de 10.000 millones de euros y unas plusvalías implícitas de 2.600 millones de euros.