Madrid aprueba una 'ley seca' que prohibirá consumir alcohol en la calle
La norma entrará en vigor antes del verano, y las sanciones serán limpiar la calle o cuidar ancianos
El Gobierno regional ha redactado un proyecto de ley que prohibirá beber alcohol en la calle. Constituirá un arma legal para que los ayuntamientos de la región luchen contra el botellón, practicado por unos 15.000 jóvenes de la capital durante los fines de semana. El presidente Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, prevé que la ley se aplicará antes del verano. Las sanciones para quien la incumpla -sea el infractor menor o mayor de edad- no acarrearán multas económicas, sino 'trabajos en beneficio de la comunidad'. Ruiz-Gallardón puso un ejemplo: 'Limpiar la calle o cuidar ancianos'.
La prohibición de beber alcohol en la vía pública, excepto en 'terrazas, veladores o en días de feria o fiestas patronales', se enmarca en el proyecto de ley sobre drogodependencias y otros trastornos adictivos elaborada por la Consejería de Sanidad.
Ruiz-Gallardón defendió ayer pública y abiertamente el proyecto, tras la habitual reunión del Consejo de Gobierno. No ocurrió lo mismo en noviembre de 2000. Entonces, el consejero de Economía, Luis Blázquez, presentó una iniciativa similar, que tendía a prohibir el consumo de alcohol en la calle y la venta de bebidas alcohólicas a partir de las diez de la noche. En aquella ocasión Blázquez se quedó solo y ni el presidente ni ninguno de los consejeros defendió su propuesta. Desde entonces, el fenómeno del botellón ha ocupado muchas páginas de periódicos y espacios en la televisión por las frecuentes denuncias y quejas de los vecinos. El botellón y el elevado consumo de alcohol, sobre todo entre los jóvenes, se ha convertido en un tema de debate social.
Otras comunidades
Con este proyecto de ley, la Comunidad de Madrid se sumará a otras comunidades que ya prohíben beber en la calle: Cantabria, Castilla y León y Cataluña. Y se adelanta a una ley estatal que prohibirá el consumo de alcohol en la vía pública en toda España, según dijo el ministro del Interior, Mariano Rajoy, el pasado febrero.
La norma elaborada por el Gobierno regional no sólo se ocupa de regular el consumo de alcohol en la vía pública. También afecta a los locales donde se pueden adquirir este tipo de bebidas.
Cuando la ley entre en vigor, no se podrá vender alcohol en ninguna gasolinera o área de servicio de la región. Ni en máquinas expendedoras automáticas accesibles al público. En los autoservicios, la venta de alcohol se llevará a cabo en lugares concretos, reservados y presididos por un cartel en el que conste, expresamente, la prohibición de vender este tipo de bebidas a los menores de 18 años. En las grandes superficies comerciales, el Gobierno regional exigirá controles especiales para que ningún menor de esa edad pueda adquirir alcohol.
No quedan ahí las restricciones: en ningún lugar se podrá vender alcohol en 'horario nocturno', exceptuando bares o locales en los que las bebidas se ingieran en su interior. Esto se aplica a menores y no menores, de manera que nadie, en toda la región, podrá comprar, en horario nocturno, ningún tipo de bebida alcohólica. En este apartado se incluye la venta 'a distancia'. Es decir: empresas que sirven comidas y bebidas a domicilio. Si el Ayuntamiento en cuestión no ha arbitrado, por medio de una ordenanza, cuál es ese horario nocturno, lo fijará la Comunidad: de diez de la noche a ocho de la mañana.
Además, el Gobierno regional exigirá a todo establecimiento que pretenda vender alcohol una 'segunda licencia'. Esto es, a partir de la entrada en vigor de la ley, todo local que expenda bebidas alcohólicas para no ser consumidas en el acto en el establecimiento mismo deberá obtener, en el plazo de seis meses, un nuevo permiso municipal. Esta nueva licencia significará un torpedo en la línea de flotación de la mayoría de establecimientos de alimentación, muchos regentados por orientales, que expenden ahora alcohol a menores y que, de hecho, son la principal fuente de abastecimiento de los practicantes del botellón. El Ayuntamiento correspondiente será el encargado de otorgar o denegar la pertinente licencia.
Contravenir la norma acarreará multas millonarias para los vendedores. Servir alcohol a menores será falta 'muy grave', e implicará una sanción de entre 60.000 euros (10 millones de pesetas) y 600.000 euros (100 milones de pesetas). También será falta muy grave, y estará sancionado con la misma cantidad, servir alcohol en la calle. Esto afecta a numerosos bares de la capital, especialmente en el centro, que tienen por costumbre entregar las copas en la barra para que luego los clientes se las tomen fuera. Esta falta podrá acarrear el cierre del local.
Pizza sin cerveza
A partir de las diez de la noche (y hasta las ocho de la mañana) nadie podrá comprar alcohol cuando entre en vigor la nueva ley. Ni menores de 18 años ni mayores. Ni en tiendas, ni en autoservicios, ni en supermercados ni por teléfono. Esto significa que las innumerables empresas que sirven alimentos a domicilio deberán desterrar de su oferta las cervezas, el vino o cualquier otro tipo de bebida que contenga alcohol. 'Esto se hace así porque no hay manera de controlar efectivamente que quien pide las bebidas alcohólicas desde su casa no sea un menor', señalan fuentes del Gobierno regional. Así que las pizzas, sin cerveza; la comida china, sin vinito; y las empresas de telecopas y telecubatas que se dedican a servir bebidas alcohólicas a domicilio -alguna de ellas cobra un 5% de recargo sobre el precio del licor- tendrán que buscarse otra fuente de ingresos o limitar su actuación al horario legal. 'Para beber alcohol en la región habrá que ir al bar [y tomárselo allí] o comprarlo antes de la hora límite', subrayan dichas fuentes. Un policía municipal se preguntaba ayer cómo va a evitar que el motero de la pizza no esconda en su bolsa térmica un par de latas de cerveza. '¿Vamos a tener que destinar agentes a seguir al motorista para ver lo que transporta?', planteó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.