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Educación concede un día más al marroquí que se niega a escolarizar a su hija de 14 años

Maiem, la otra hija de Ahmed A., acudió ayer por primera vez a clase, pero con 'hiyab'

La Consejería de Educación ha decidido dar un día más al ciudadano marroquí Ahmed A. para que lleve a su hija Khadija, de 14 años, al centro católico concertado La Inmaculada Concepción, en San Lorenzo de El Escorial. De no ser así, trasladará el caso a la comisión de absentismo, que decidiría si denuncia el caso ante el Fiscal de Menores. Ahmed asegura que la muchacha está enferma y que no desea vestir la falda del uniforme. Maiem, de 11 años, la hija menor de esta familia, fue ayer por primera vez a clase tras un año sin escolarizar. Lo hizo en un centro público y con su hiyab (pañuelo tradicional).

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'La niña tiene una pierna mal, no le gusta llevar uniforme y, además, ya tiene casi 15 años', señaló ayer Ahmed en referencia a su hija Khadija, que sigue sin escolarizar. La muchacha, según su padre, no quiere llevar el uniforme de La Inmaculada Concepción porque el conjunto incluye vestir falda. Todo el uniforme se compone de camisa, jersey azul y una falta tableada gris.

La Consejería de Educación ha alargado un día el plazo para que la muchacha prepare su nueva vestimenta. Educación confía, además, en que este periodo de tiempo le sirva a este padre de familia marroquí para que reflexione y lleve a la niña al centro asignado por la comisión de escolarización (organismo que decide el centro que corresponde a los niños escolarizados fuera del plazo habitual). El defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades, ha recordado que el uniforme 'no puede ser un criterio de exclusión' para impedir la escolarización de esta niña. Núñez Morgades ha hecho un llamamiento a Ahmed para que colabore.

'Habría que buscar fórmulas que hiciesen viable el uso del uniforme y la escolarización de la niña marroquí teniendo en cuenta que, en caso de conflicto, siempre debe primar el interés superior de la menor a ser escolarizada', prosigue Núñez Morgades. 'No sé si la solución es un uniforme con pantalón, con falda más larga o con medias, pero con posturas flexibles, imaginación y buena voluntad por ambas partes, junto con normas claras a aplicar en cada caso, tenemos que terminar con este goteo de situaciones que no benefician a nadie y pueden perjudicar la imagen de colectivos perfectamente integrados', concluyó.

Reunión y explicaciones

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A Khadija le esperan con los brazos abiertos las monjas concepcionistas. Pero, según un informe enviado a la Consejería de Educación por Teresa Hernando, directora del colegio católico, después de la reunión que mantuvo el pasado martes con el padre no parece que éste vaya a reconsiderar su decisión. En la entrevista, la directora informó a Ahmed sobre las prendas que tendría que vestir su hija, el horario del centro y que el esfuerzo inicial se dirigiría a fomentar el aprendizaje del español. Khadija y su hermana menor llevan un año en España, pero la falta de contacto con personas ajenas a su entorno familiar ha impedido que tengan nociones de español.

Hernando asegura que Ahmed cambió 'sin explicaciones' su postura inicial de aceptación del centro. Durante la entrevista subrayó: 'Mi hija no quiere falda sin pantalón'. Ayer, Ahmed ratificó estas palabras y resaltó que Khadija tiene problemas en una pierna, lo que le impide andar bien. No pone objeciones a que alguna persona pudiera llevar y traer a su hija del colegio. Pero es rotundo en cuanto al uniforme: 'La niña no puede llevar esas prendas'. Ahmed justificó su negativa a que la niña asista a este colegio -aunque inicialmente no puso pegas- en que él no entendió bien las explicaciones que le ofreció la comisión de escolarización.

Maiem, la otra niña, de 11 años, acudió ayer al colegio San Lorenzo para incorporarse a la clase de sexto de primaria. Mientras, su hermana mayor se quedó en casa para 'ayudar a su madre en las tareas domésticas', según explicó Ahmed. La madre de Khadija cuida de otros dos hijos, de tres años y dos meses. La familia tiene otro hijo varón escolarizado en el instituto Juan de Herrera -el mismo donde estudia la marroquí Fátima Elidrisi, la niña de El Escorial que hace unas semanas tuvo problemas para ir precisamente a La Inmaculada Concepción con su hiyab, y que fue finalmente trasladada al instituto público-.

Carlos Mayor Oreja, consejero de Educación, se reunió ayer con la asamblea de directores de la Fere (Federación de Religiosos de la Enseñanza), al que pertenece el colegio de las concepcionistas. Emilio Díaz, secretario técnico de la asociación, señaló que la exigencia de un uniforme en ese centro es legal y responde a un reglamento interno aprobado por la comunidad educativa.

En la reunión se trataron temas como la nueva normativa de escolarización. Según Díaz, estas reglas contravienen el derecho de las familias a elegir el centro que quieren para sus hijos. Tanto el secretario como los 400 directivos de los centros participantes en la asamblea se mostraron contrarios a que la Administración tenga potestad para reservar plazas para inmigrantes a lo largo del curso 'en detrimento' de los alumnos que ya estaban escolarizados.

Todos al 'cole' con el uniforme

'No estoy de acuerdo con que una niña venga al colegio sin uniforme'. 'Son las normas y están para todos'. Ésta es la opinión imperante entre los padres de los alumnos del colegio católico concertado de La Inmaculada Concepción en San Lorenzo de El Escorial. La falda gris, el jersey azul con una camisa (nunca polo) debajo y el abrigo azul marino. 'Lo tomas o lo dejas', comentaba una de las madres. 'A mi hija, por llevar un lazo en la cabeza que no era azul, le llamaron la atención', asegura Henar. '¿Cómo voy a aceptar ahora que una niña, musulmana o no, se salte a la torera lo que todos cumplimos a rajatabla?', se preguntaba otra de las madres, que, apresurada, dejaba ayer a sus hijos a las puertas del centro escolar. Sin embargo, la unanimidad de criterio se resquebraja cuando se pregunta por el hiyad (pañuelo tradicional en Marruecos). Algunas personas lo tienen también muy claro: no se debe permitir. Mientras que otras, como Henar, no le dan excesiva importancia. Henar cuenta cómo en la clase de su hijo hay un niño marroquí que nunca ha tenido problemas. 'Su hermana viene también a este colegio y va vestida como las demás niñas', puntualiza. Su madre, en cambio, lleva el pelo tapado con un pañuelo. 'Pero cómo vistan fuera del colegio es cosa suya', concluye. Para la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (Atime), la labor de la Consejería de Educación ha sido lamentable. 'Con amenazas no se resuelve nada', opina Mustafá El Merabet, portavoz de la asociación laica. Atime apuesta por promover campañas pedagógicas donde colaboren con la Comunidad madrileña las asociaciones que trabajan con inmigrantes. 'Hay que desarrollar una labor de enseñanza entre los padres, para que entiendan de una vez que un colegio público es como uno concertado. No les debe ofender que haya una cruz u otro símbolo', explica su portavoz. Mustafá El Merabet faculta a los padres para elegir un centro u otro. 'Aunque los niños lleguen en periodo extraordinario, deberían poder decir si quieren ir a un colegio público o privado', dice. El Merabet concluye que después de los atentados del 11 de septiembre contra EE UU, hechos como el de estas niñas sólo favorecen el integrismo por parte de los antimusulmanes y de los integristas islámicos.

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