La milonga de las subvenciones

Con esta carta quiero denunciar el hecho de que a muchos políticos de distintos ámbitos, especialmente el provincial y autonómico, se les llena la boca con cifras de presupuestos destinados teóricamente a subvenciones y ayudas, pero estos fondos o no son tales o no se administran de forma racional y lógica.

Más concretamente me voy a referir a las subvenciones de la Comunidad de Madrid en materia de ayuda para compra y reforma de vivienda; tengo 27 años, y con mucho sudor pude obtener un crédito para comprar una vivienda de segunda mano y solicité, a pesar de que mi familia me lo advirtió, una subvención a la Comunidad de Madrid que consistía en pagarte un 4% del precio de la letra del préstamo.

Pues bien, pude comprobar personalmente que el procedimiento para la solicitud no estaba hecho precisamente para animar a llevarlo a cabo (multitud de papeles, con desplazamientos y gastos) y que, asimismo, la divulgación de dichas ayudas era más que escasa.

Continuando con mi caso, después de solicitarla me contestan -haciendo referencia a un montón de leyes para justificarse- que, sin haber leído mi solicitud, se ha desestimado porque no hay presupuesto (¡conozco un caso el que se desestimó por esta causa incluso después de haberse concedido!).

Y ahora yo me pregunto, entre otras cosas: ¿no deberían estimar un presupuesto que, con los requisitos fijados, llegara al 90% de la población objetivo? La gente que quiera optar por dichas ayudas ¿debe comprarse los pisos en enero y febrero para que no les pase lo mismo que a mí? ¿A partir de cierta fecha no debería haber un cartel en las dependencias de la Comunidad que avisara de que no nos molestemos en solicitar porque se ha acabado ya el presupuesto?