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Reportaje:

La vejez vejada

El Colegio de Médicos de Girona edita una guía para ayudar a descubrir malos tratos a los ancianos

La espectacular brutalidad de las agresiones domésticas sufridas por mujeres y niños ha silenciado un tipo de violencia soterrada, menos presente en los distintos medios de comunicación, pero quizá más cotidiana, mezquina y generalizada: el maltrato a los ancianos. Los médicos coinciden en que el fenómeno, lejos de diluirse, encuentra un caldo de cultivo idóneo en una sociedad competitiva y agresiva en la que el anciano, con una esperanza de vida cada vez más elevada, se ha convertido para algunos en una molestia.

El Colegio de Médicos de Girona ha editado una guía, pionera en España, destinada a ayudar al personal sanitario a detectar y abordar, desde la perspectiva médica y legal, los malos tratos y abusos que se cometen con los ancianos.

'El sueño químico es la solución sencilla para tener atontado a un anciano que ha perdido sus facultades pero conserva su movilidad'

El presidente del Colegio de Médicos de Girona, Eudald Bonet, asegura que la guía pretende ofrecer un punto de referencia para actuar ante situaciones de maltrato, no siempre fáciles de detectar, que pueden moverse entre la atención incorrecta o el trato negligente hasta el puro y simple delito.

Roser Llambí, una de las colaboradoras de la guía (disponible en www.comg.es/sociosanitari), está convencida de que el protocolo puede ayudar a sensibilizar a los médicos y contribuir a hacer aflorar casos que hasta ahora pasaban inadvertidos.

Llenarles la sopa de pastillas para dormir, inmovilizarlos, encerrarlos y no cambiarles la sonda o los pañales con regularidad. Narcís Bardalet, el médico forense que ha colaborado en la guía, explica que estos son algunos de los abusos que ha detectado con mayor asiduidad en el ejercicio de su profesión. El más 'flagrante y habitual', asegura, es el abuso de los fármacos. 'El sueño químico es la solución sencilla para tener atontado a un anciano que ha perdido sus facultades pero conserva su movilidad', asegura el forense.

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Bardalet destaca el enorme sacrificio que a menudo entraña cuidar a un anciano demente en el propio domicilio. 'Un enfermo en estas condiciones requiere una atención constante porque, además de ayudarle en todas las tareas cotidianas, existe un riesgo permanente de que se caiga, de que se escape o de que abra la espita del gas'. Los abusos que sufriría este tipo de ancianos estarían más cerca de la negligencia pasiva que del abuso premeditado. Además, explica Bardalet, acostumbran a generar patologías en los familiares o cuidadores que no pueden compartir con nadie su absorbente tarea. 'La pregunta que surge entonces es: ¿quién cuida al cuidador?'

La práctica diaria de la medicina forense ha reportado a Bardalet la oportunidad de adentrarse en la realidad oculta y a menudo dramática de la vejez desatendida. Entre los casos más chocantes que conoce recuerda el de un jubilado alemán de Empuriabrava que convivió durante tres meses con el cadáver de su mujer, fallecida de muerte natural. El anciano, enajenado, mantenía el cuerpo de su mujer en la cama de matrimonio. Puesto que los ancianos habían abandonado el trato con familiares y amigos, sólo el intenso hedor que llegaba a las casas vecinas puso sobre alerta a la policía.

A pesar de que no existen cifras fidedignas del porcentaje de ancianos españoles sometidos a algún tipo de maltrato, en las sociedades avanzadas se sitúan en niveles superiores al 4%. José Antonio Flórez, profesor del departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo aseguró en un simposio celebrado recientemente que el 5% de la población asturiana mayor de 65 años sufría algún tipo de maltrato.

Los casos pueden incrementarse teniendo en cuenta que en un periodo de unos 25 años, el porcentaje de mayores de 65 años en España se situará en torno al 43% de la población y la esperanza de vida se prolongará hasta los 85 años.

Cómo descubrir el daño oculto

La definición de maltrato que efectúa el Consejo de Europa abarca 'toda violencia, acto u omisión realizado por una persona que atenta contra la vida, la integridad corporal, psíquica, la libertad, el desarrollo de la personalidad o mina la seguridad financiera de otra'. Las categorías de abuso aceptadas, además del maltrato físico, incorporan el maltrato psicológico, en el que pueden incluirse insultos, verbales o no, humillaciones, amenazas de abandono o de internamiento. También es común la negligencia o el abandono por parte de los cuidadores. En este caso se califica como 'negligencia pasiva' un error no premeditado, común en cuidadores pocos diestros o desinformados. En el ámbito de la autonegligencia se engloba el caso de ancianos que viven solos y rechazan cualquier ayuda, aunque sus mermadas facultades amenazan su propia salud o seguridad. El abuso económico -con robo de pensiones, malversación de fondos o cambios de testamento y escrituras- puede ser detectado también por los médicos, aunque quedaría en el ámbito de notarios, abogados o empleados de banca. La guía editada por el Colegio de Médicos de Girona especifica el camino que se debe seguir ante la constatación del maltrato, con el consiguiente aviso a la fiscalía y el juzgado de guardia en los casos en que la gravedad sea manifiesta. Incluye modelos de los comunicados que debe rellenar el médico. El Colegio de Médicos ha elaborado una lista de los trastornos más susceptibles de maltrato, entre los que se incluyen la demencia, el delirium, el retraso mental y la esquizofrenia tardía. La guía aborda también el perfil del velador o presunto responsable del abuso y alerta a los médicos ante personas que consumen alcohol, fármacos o drogas, ante quienes tienen escasos contactos sociales o bien ante quienes, sometidos a situaciones de estrés, pierden el control con facilidad. A pesar de que la exploración y las explicaciones del anciano serán elementos determinantes, a menudo los trastornos psíquicos no permitirán la interacción más directa. El rechazo de las ayudas médicas o asistenciales por parte de los cuidadores, así como su dependencia económica o de la vivienda, pueden ser otras situaciones que pueden poner en guardia al médico. El protocolo médico intenta, por último, familiarizar a los sanitarios con los indicadores de abuso físico que sirven de guía a los forenses. Las contusiones, heridas, arañazos o quemaduras en determinadas partes del cuerpo inducen a pensar en un maltrato. Varios colegios de médicos del resto del España se han interesado en el proyecto de Girona y pretenden adaptarlo a sus respectivas legislaciones.

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