La cantera lanza al Betis
El equipo aspira al liderato con el proyecto más modesto de Lopera
Cinco jugadores de las categorías inferiores del Betis lideran el equipo ante la recta final de la Liga. Con ellos los béticos se han colado en las plazas para la Liga de Campeones y, si el Valencia y el Madrid tropezasen, incluso podrían asumir la cabeza con una victoria hoy (21.30, televisiones autonómicas y La 2) sobre el Villarreal en El Madrigal.
Pese a que la joya de la corona es el interior derecho, Joaquín, de 20 años, recientemente seleccionado por José Antonio Camacho y dominador de su banda gracias a sus regates y centros, el talismán del grupo es el central Juanito. El defensa, de 25 años y criado en el Cádiz, lleva 15 partidos disputados esta temporada y el Betis no ha perdido ninguno de ellos. Siete victorias y ocho empates forman su currículo.
A lo largo de cinco campañas ha tenido que superar una grave lesión, un año cedido al Recreativo y las dudas de Juande Ramos. Pero, cuando las lesiones de Belenguer y Filipescu le dieron la oportunidad, ha sabido aprovecharla. Juanito lo ha bordado. Y no sólo por los resultados. La grada admira, pese a su escasa estatura, su colocación para anticiparse a los contrarios, su capacidad para sacar el balón jugado y lo bien que va por alto hasta para marcar goles: suyos fueron los de los empates ante el Málaga y el Madrid.
Con una ficha muy baja, su contrato incluye una curiosa cláusula: gana algo más de 3.000 euros por partido disputado. 'Lopera [el presidente] me dijo que, si todo iba bien este año, no habría problema en arreglar mi situación', asegura.
A su lado, en el centro de la cobertura, se ha asentado Rivas, de 23 años. El corpulento futbolista (1,90 metros y 85 kilos) ha demostrado junto a Juanito la utilidad de su estilo expeditivo. Valga como ejemplo que, en los últimos cinco partidos, ha recibido más de 25 puntos de sutura en la frente y una mano.
Otro de los canteranos que ha tenido un camino tortuoso hasta triunfar es Capi. Debutó en el primer equipo en la temporada 1996-1997, pero luego fue relegado al filial e incluso cedido en la 1999-2000 al Granada, de Segunda B. Allí deslumbró. La afición llegó a sacarlo a hombros y el club le repescó. El pasado año, en Segunda, se asentó y en el actual su capacidad de trabajo en el centro del campo ha oscurecido un poco sus importantes condiciones técnicas.
El último en llegar ha sido el delantero centro Dani, de 21 años. No muy alto, delgado y con aspecto enclenque, también ha aprovechado las lesiones. Las bajas sucesivas de Casas, Amato y Tomás le hicieron un hueco y desde entonces no ha dejado de pelearse con los defensas rivales. Ahora, con dos de los tres goleadores recuperados, los ha relegado al banquillo y a la grada. Solo ha logrado un gol, pero el domingo el estadio le despidió puesto en pie.
Estos cinco jugadores forman un grupo, con Varela, ahora en baja forma, en el que se asienta el proyecto más modesto de Lopera, pero que, en manos de Juande, está dando más resultados que cualquiera de los anteriores del presidente. El objetivo inicial, la permanencia, está asegurado. Ahora se mira más arriba.
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