El Betis se suma a la pugna por la Liga

La Liga como objetivo. Después de deshacerse magistralmente ayer del Celta, el Betis se ha despojado de falsas modestias, aquellas que impiden a un recién ascendido hablar de sus ambiciosas metas a boca llena, y se ha sumado al grupo de grandes que pelean por hacerse con el título. Su regular trayectoria durante la competición, las ocho jornadas consecutivas que lleva sin perder y, lo más importante, el juego desplegado en sus últimas citas, permiten al equipo de Juande Ramos empezar a creerse que cualquier cosa es posible. Ayer lo demostró con su goleada ante el Celta, que ratificó en Sevilla que no pasa por su mejor momento.

Y eso que el partido arrancó como se esperaba. El Celta degustando el balón y el Betis tratando de amargarle el dulce. Sin embargo, aún con los equipos tomándose las hechuras, las primeras ocasiones fueron para el Betis. Poco tardó el Celta en tratar de hacer lo que mejor sabe. Mostovoi y Karpin se afanaron por zafarse de la presión del centro del campo verdiblanco, pero allí campan Ito y Filipescu, con lo que los intentos de la pareja rusa quedaron en eso.

Distinto fue cuando a Joaquín le dio por aparecer. La asociación que forma con Capi fue un verdadero quebradero de cabeza para la defensa del Celta. De las picardías de Capi y la velocidad, potencia y frialdad de Joaquín, incluso cuando nota el aliento de la defensa rival en su cogote, llegaron los momentos más vibrantes. Pero para picardía la del joven Dani, que con sus últimas actuaciones ha relegado a la suplencia a los supuestos titulares indiscutibles. De su malicia y su desparpajo en ataque nació el penalti con el que Denilson pudo por fin agradecer a su familia sus desvelos en estos años.

Pero no sólo estos tres jóvenes valores del Betis despuntaron ayer ante el Celta. Juanito, que junto a Rivas forma la pareja de centrales más en forma de la Liga, frustró no pocas ocasiones de peligro, la más clara la respuesta que Jesuli quiso dar al primer gol del Betis. Y si esta pareja está en estado de gracia, qué decir de Prats, el portero menos goleado de la Liga (22). Su actuación evitó que el Celta remontase antes del descanso el resultado. Primero el diabólico cabezazo ajustado a la base del poste con el que Maurice trató de nivelar el choque y, después, la réplica de Jesuli con un envenenado tiro cruzado.

Un descosido que, sin embargo, agrandó Rivas cabeceando bajo palos a saque de falta de Denilson. La superioridad física del Betis acabó con los jugadores del Celta que, desconcertados por los dos tantos y por la soltura de su rival, se olvidaron de jugar al fútbol. Roto el partido, el Betis se entregó a la jarana. Con Dani divirtiéndose, la grada bramando de alegría a cada toque del balón y el Celta descompuesto ocurrió lo predecible: que Dani tratase de bordar su actuación, aunque fuera Ito quien al final empujara el tercer tanto.

Sólo la entrada de Catanha logró reanimar al ya mortecino Celta, que minutos antes había maquillado su pobre actuación con el gol de Edu. Amato, que sustituyó a Dani, fue quien brindó a la grada el dulce que esperaba ante un Celta que acabó el partido con nueve jugadores y que se medirá al Real Madrid la próxima jornada en cuadro, con las bajas por expulsión de Karpin y Mostovoi, que vio la roja por entregarle el balón al árbitro, en lo que éste debió traducir como una desconsideración, y de Cáceres y Doriva por acumulación de amonestaciones.