Un Mallorca desastroso, fácil presa del Sevilla
Desastre total del Mallorca. El Sevilla dejó al equipo de Sergio Kresic en estado de coma profundo al derrotarlo por un marcador contundente y suficientemente expresivo: 0-4. Hacía años que no se veía a un Mallorca tan dubitativo, tan mal en todas sus líneas y, lo que es peor, sin que se adivine en su oscuro horizonte un mínimo atisbo de recuperación.
Kresic situó en el campo a todas sus estrellas, Losada, Ibagaza, Luque y Eto'o, en una apuesta netamente ofensiva. Pero el Sevilla, que llevaba cuatro partidos seguidos sin ganar, sentenció el lance con sendos goles al inicio de cada periodo y, además, pudo recrearse ante un rival lastrado por el cemento en sus botas y un miedo terrible, producto de una situación desesperada, que le impide reaccionar hacia la salvación.
MALLORCA 0| SEVILLA 4
Mallorca: Roa; Olaizola, Siviero, Nadal, Miquel Soler; Losada (Carlos, m. 63), Francisco Soler (Campano, m. 63), Marcos, Ibagaza (Paunovic, m. 78); Eto'o y Luque. Sevilla: Notario; Njegus, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Gallardo, Casquero, Torrado (Francisco, m. 46), Fredi; Oliveira (Luis Gil, m. 81) y Moisés (Víctor Salas, m. 46). Goles: 0-1. M. 2. Moisés recoge un balón suelto ante la pasividad de la defensa. 0-2. M. 48. Olivera bate por bajo a Roa. 0-3. M. 63. Moisés recore un mal despeje de Roa y marca a puerta vacía. 0-4. M. 70. Casquero, tras un contragolpe. Árbitro: Turienzo. Amonestó a Eto'o, Torrado y David. Unos 12.000 espectadores en el Son Moix.
Los jugadores de Joaquín Caparrós tuvieron que ser los primeros sorprendidos al comprobar las facilidades que les daban sus adversarios. Otra vez apuntan, pues, hacia la Copa de la UEFA. Pero todo, hay que insistir en ello, gracias a las facilidades que encontraron en un campo que despide un pufo terrible a Segunda División.
El Mallorca, que empezó la Liga con la mente puesta en la Liga de Campeones, no está últimamente acostumbrado a pelear al filo del precipicio y le cuesta mucho evadirse del puesto de descenso directo que ocupa en la actualidad. Su juego es ramplón, lento, reiterativo... Y de él se contagian todas sus figuras. Nunca antes se había visto a Carlos Lechuga Roa, un portero de contrastada solvencia, tan inseguro e impreciso. Lo mismo ocurre con el Caño Ibagaza, Luque y Eto'o, es decir con la columna vertebral del equipo.
En una situación crítica, los aficionados aguantaron hasta el cuarto gol sevillista (minuto 63) para empezar a expresar su enfado ante los máximos responsables de la entidad.
En pleno caos llegaron las noticias esperanzadoras desde Anoeta, con el empate 2-2 del Rayo ante la Real Sociedad, que todavía otorga posibilidades al Mallorca. Triste consuelo porque el Mallorca, mal que le pese, ya no depende de sí mismo para mantener la categoría.
Por este motivo, el vestuario rojillo fue un funeral al finalizar el partido. Kresic se encerró con los suyos y sólo se permitió la entrada al presidente, Mateo Alemany, que acudió a dar ánimos a sus futbolistas. El técnico croata asumió su cuota de responsabilidad, pero reiteró que no se le ha pasado por la cabeza presentar la dimisión.
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