La Seguridad Social logra un superávit del 0,8% del PIB y equilibra al Estado
El IRPF y las cotizaciones sociales permiten cuadrar los Presupuestos
La Seguridad Social cerró el ejercicio 2001 con un histórico superávit del 0,8% del PIB, casi 5.400 millones de euros (900.000 millones de pesetas). Este resultado compensó el déficit del Estado central (0,4% del PIB) y de las comunidades autónomas y ayuntamientos (0,4% del PIB). El saldo total presentó un ligero déficit de 229 millones de euros (38.100 millones de pesetas), lo que supone prácticamente un equilibrio también histórico. Se ha conseguido gracias al IRPF y a las cotizaciones sociales y pese al menor crecimiento económico.
El logro del equilibrio presupuestario fue presentado ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como 'la mejor garantía' para el crecimiento económico, en unos momentos tan inciertos como los actuales. Frente a las dificultades de Alemania -la principal economía de la UE- para cuadrar sus cuentas, el Gobierno español envía a Bruselas un cierre de 2001 prácticamente sin déficit público.
Se cumplen así las previsiones, aunque han cambiado los ingredientes. La Seguridad Social ha superado con creces el 0,3% del PIB de superávit que se había estimado y ha logrado nada menos que un 0,8%, según datos de la Contabilidad Nacional. El Estado tenía margen para un 0,3% del déficit y se ha ido al 0,4%. La principal desviación se ha producido en comunidades autónomas y ayuntamientos: del equilibrio a un déficit del 0,4% del PIB. Montoro se abstuvo de repetir las severas críticas que en anteriores ocasiones ha vertido ante la 'indisciplina' fiscal de las comunidades.
El saldo es negativo en apenas 229 millones de euros (38.100 millones de pesetas), lo que, para las cifras presupuestarias que se manejan, permite hablar técnicamente de equilibrio. Los ingresos del conjunto de las administraciones públicas han aumentado un 7% respecto del año anterior, cuando lo previsto era 6,4%, mientras que los gastos han crecido un 6,1%, frente al 5,6% como objetivo. En ambos casos se han superado las previsiones, sin que se haya destinado el exceso de ingresos a reducir el déficit o aumentar el superávit.
Un 6,3% más de recaudación
Aunque Montoro no facilitó el desglose de estas cifras, afirmó que el equilibrio se había apoyado en el aumento de la recaudación del IRPF y de las cotizaciones sociales. Los impuestos indirectos se han mantenido, mientras que el impuesto de sociedades se ha resentido de las últimas reformas, de la caída de beneficios de las empresas y de las dotaciones para planes de pensiones. En conjunto, la recaudación tributaria del Estado aumentó un 6,3%.
En pesetas (el pasado año se ha cerrado en la vieja moneda), el superávit de la Seguridad Social se ha situado en 5.383 millones de euros (895.700 millones de pesetas), un máximo histórico. El Gobierno tiene presupuestado destinar 1.051 millones de euros al fondo de reserva de las pensiones, pero ayer el ministro de Hacienda dejó abierta la posibilidad de que esa cifra sea más alta.
Montoro negó que parte del superávit de la Seguridad Social se destine a pagar gastos del Estado. 'Ni un solo euro de cotizaciones va a financiar carreteras', explicó el ministro. Los saldos se compensan a efectos del resultado global, pero cada cual lleva sus cuentas, insistió Montoro. En el caso de la Seguridad Social, una parte del excedente va al fondo de reserva, y el resto, a la propia tesorería.
No obstante, todos los años el Estado hace una trasferencia a la Seguridad Social con destino a financiar gastos en el País Vasco que están transferidos. Hasta hace tres años ese dinero se lo quedaba la Seguridad Social, pero desde 1999 se lo devuelve al Estado. El pasado año fueron 1.833 millones de euros (304.800 millones de pesetas) con efectos en el déficit de caja (ingresos menos pagos realizados), pero no en el de contabilidad nacional (derechos de cobro menos obligaciones de pago), que fue el presentado ayer.
En cualquier caso, la Seguridad Social ha cerrado un ejercicio brillante, pese al menor crecimiento económico del previsto y a la más baja creación de empleo. Cuando se diseñaron los Presupuestos, el Gobierno estimó un crecimiento del 3,6%, que se ha quedado en un 2,8%, y la creación de empleo ha sido una décima inferior, el 2,4%.
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