'La muerte de Savimbi abre la puerta a la paz y la reconciliación en Angola'
El presidente electo de UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola), Eugenio Manuvakola, de 54 años, se muestra confiado, en una entrevista por teléfono con El PAÍS, en que se abre un nuevo periodo para la reconciliación nacional y la paz en Angola después de casi tres décadas de guerra. Desde Luanda, Manuvakola asegura que la muerte del casi legendario líder guerrillero Jonas Savimbi 'representa un trauma generalizado para las filas de UNITA, pero que UNITA es también un partido bien institucionalizado y, por tanto, los hombres se van pero el partido se queda'.
Para el dirigente de la llamada UNITA renovada, lo importante ahora es 'corregir la trayectoria del partido desde la guerra a la paz'. 'Nos enfrentamos', dice, 'a la necesidad de establecer un diálogo interno entre todos los cuadros que integran UNITA. Es un desafío enorme porque de ese diálogo debe salir la nueva dirección que aglutine al partido, lo democratice y lo centre en la vía de la reconciliación nacional'.
Según Manuvakola, 'muerto Savimbi es muy difícil que aparezca una dirección dispuesta a asumir la responsabilidad de la guerra. La gente no la aceptaría porque no hay recursos. En el norte se podría resistir, pero en el este -el gran error de Savimbi fue arrastrar a su ejército al este- los soldados están desnutridos y contra el hambre no se puede razonar'. Convencido de que existe una vía política para solucionar los problemas de Angola, Manuvakola afirma que 'la guerra ya no tiene objetivos inmediatos, lo que ha minado la moral de los guerrilleros', mientras que el Ejército angoleño muestra una 'mejor organización', como revela el que haya sido capaz de acorralar y matar a Savimbi.
Manuvakola rechaza que haya mercenarios extranjeros implicados en la muerte del líder del brazo armado de UNITA. Afirma que si el presidente José Eduardo dos Santos convoca elecciones en 18 meses, la organización estará lista para participar, al tiempo que lanza un llamamiento a 'todos los simpatizantes de UNITA en el mundo' para que envíen ayuda económica 'porque el partido está muy empobrecido por la guerra'.
Firmante de los Acuerdos de Paz de Lusaka (1994) y defensor a ultranza de éstos -Savimbi le acusó de 'estar vendido al Gobierno'-, Manuvakola revela que su gran preocupación es la reinserción de los guerrilleros y la instalacion de cuadros en las ciudades de las 18 provincias angoleñas. 'Nos encontramos con falta de viviendas, de empleo, de escuelas. Son dificultades logísticas creadas por la situación de guerra, pero con ayuda las superaremos'.
En 1997, Manuvakola dijo que había huido de un arresto domiciliario que le impuso Savimbi tanto a él como a su familia durante dos años. Ahora suaviza sus críticas pero insiste en que el legendario guerrillero tuvo 'errores de apreciación militar'. Y añade: 'Sólo creyó en una victoria militar y subestimó la capacidad de UNITA de llegar al poder por la vía política. Savimbi no consiguió convertirse en un demócrata. No escuchó los consejos de los pacifistas dentro del partido'. A pesar de ello, destaca la figura de Savimbi como el hombre que creó y fue capaz de convertir UNITA en el mayor partido de Angola antes de la independencia de Portugal, en 1975. 'Debemos seguir su proyecto pero con estrategias distintas', concluye.
