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Reportaje:LAS TÉCNICAS DE ESTUDIO Y LOS RESULTADOS ESCOLARES.

Los expertos relacionan la falta de estrategias de aprendizaje y el fracaso

Los profesionales señalan que se deberían dar técnicas de estudio en cada materia

Enseñar a aprender. Esta frase que tanto repiten los educadores es, sin embargo, una de las grandes lagunas del sistema educativo y una de las razones por la que uno de cada cuatro alumnos no logra obtener el título en educación secundaria. A pesar de que los currículos elaborados a la luz de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) recogen que los estudiantes, además de conceptos y valores, deben adquirir, a su paso por aulas, las estrategias necesarias para hacer frente a los distintos tipos de conocimiento, los chavales no aprenden a aprender, según señalan los expertos.

'Los estudiantes aprenden a subrayar, a hacer esquemas o mapas conceptuales, pero luego son incapaces de trasladar estas estrategias de aprendizaje a las diferentes áreas curriculares o de hacer un uso reflexivo de las distintas técnicas que han adquirido', asegura el profesor de psicología de la educación en la Universidad Autónoma Carles Monereo, que descubrió en una investigación sobre cómo estudian los alumnos de secundaria que esta carencia 'es muy fuerte', sobre todo en las habilidades 'de tipo superior', como son representar la información, interpretarla o transferirla.

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También la profesora de didáctica general en la escuela de Magisterio Escuni (adscrita a la Complutense), María Cristóbal, ha detectado en sus sondeos en diversos institutos que 'aunque los alumnos están convencidos de que dominan las técnicas de estudio, luego se ve claramente que no es así'. Y que presentan déficits tan básicos como entresacar de un texto la idea principal.

Sin embargo, aquellos estudiantes que han adquirido las estrategias de aprendizaje incorporadas en las propias asignaturas escolares saben aprender mejor. Algo que, según Monereo, sigue siendo todavía muy minoritario. Y es que, aunque pasó la fiebre en la que los alumnos recibían técnicas de estudio como actividad complementaria o talleres para mejorar su rendimiento, los centros no han dado el paso siguiente: coordinar a los profesores para que, cada uno en su asignatura, enseñe a los escolares a aprender su materia.

'Desde la psicología del aprendizaje está comprobado que no se pueden aprender capacidades genéricas (como son adquirir la información, tratarla y saber comunicarla) al margen de contenidos específicos', asegura la profesora de psicología en la Universidad Autónoma de Madrid Elena Martín. 'Ese discurso es más necesario ahora que nunca porque, aunque la escuela tiene un sesgo conceptual muy importante, vivimos en una época en que es imposible abarcar todo el conocimiento y mucho menos llevarlo a la escuela', añade. Martín se muestra preocupada porque los nuevos currículos de secundaria y de bachillerato, aprobados por el Ministerio de Educación en 2001, no incluyen, entre los objetivos de las distintas materias, que los escolares adquieran los procedimientos de aprendizaje. Es decir, la adquisición de estrategias de aprendizaje.

'Está comprobada la relación directa entre éxito escolar y la conciencia que tienen los alumnos de sus propios procesos de aprendizaje, que no es otra cosa que conocer las distintas técnicas y saber aplicarlas según el contexto, en vez de forma automática', asegura Elena Martín. De hecho, la prueba de metacognición -el conocimiento que tiene un determinado alumno sobre sus propios procesos de aprendizaje en una determinada materia- permite predecir con el mayor grado de acierto -y sólo después de la trayectoria que ha tenido un escolar en una determinada materia- el éxito o el fracaso de ese estudiante en una asignatura.

Así lo pone de manifiesto la investigación realizada por la profesora de psicología en la Universidad Autónoma de Madrid Amparo Moreno para el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Docente (IDEA), de la Fundación Santa María. Aunque la investigacion revela una carencia de los alumnos de secundaria en las habilidades metacognitivas (un 9,2 sobre 20 en 1º de la ESO, un 10,2 en 2º y un 11,5 en 4º durante el curso pasado), sí que constata que se ha producido una mejora de estas habilidades a lo largo de los cuatro últimos años. 'Este resultado sugiere la necesidad de avanzar en un estilo de enseñanza que tome como una de sus preocupaciones fundamentales el desarrollo de estas habilidades', sostiene Moreno.

Las claves para 'empollar'

No todos los estudiantes tienen la suerte de aprender en el colegio la estrategias necesarias para estudiar. Éstas son algunas de las claves que señalan los expertos para el triunfo escolar: - Lugar de estudio. El lugar de estudio debe ser silencioso, luminoso, ventilado y tener una temperatura de 20º. La mesa de trabajo (amplia y con pocos motivos de distracción) ha de ser siempre la misma y utilizarse únicamente para esta función, de tal forma que el joven la asocie al trabajo. La silla debe tener la espalda recta y ser cómoda, pero no tanto como para que entre el sueño. Es importante prepararse de antemano los libros y objetos que se van a emplear para evitar distracciones con visitas inútiles. - Horario. El joven debe ponerse un horario diario de estudio. Debe ser un horario realista de acuerdo a las capacidades de cada uno. 'Más vale cumplirlo y tener la satisfacción de haberlo hecho que planificarse ocho horas diarias y fracasar', asegura la psicóloga Carmen Serrat, quien recuerda que los atracones no son buenos y que es mejor una constancia en el estudio para adquirir el hábito. - Organizarse el trabajo. Los escolares deben organizarse las tareas que tienen diariamente que hacer y planificar cuánto tiempo van a dedicarlas. Es bueno empezar por las tareas más arduas cuando todavía se está fresco, para pasar a las materias que son más gratificantes o requieren menos esfuerzo y concentración. Es bueno intercarlar tareas arduas con pequeños incentivos (hacer una pequeña pausa para desconectar, tomarse un café...) para aumentar la motivación. - Leer, subrayar, hacer esquemas y memorizar. Para afrontar el estudio, lo mejor es hacer un primer acercamiento a la materia de forma activa: echar un vistazo al índice preguntándose cosas como ¿qué me van a contar en este capítulo?, ¿cómo está estructurado este tema? Luego, volvérselo a leer de forma más pausada, subrayando las ideas fundamentales del texto. Y, finalmente, hacer esquemas, que son los que hay que memorizar.

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