El IPI denuncia las 'amenazas' de ETA que sufren los periodistas en el País Vasco

El Instituto Internacional de Prensa (IPI) denuncia las condiciones de 'amenazas y miedo' en que realizan su labor los periodistas en el País Vasco, donde recuerda que han continuado los atentados contra la prensa por parte de ETA y de grupos afines a la organización terrorista. En su informe sobre el año 2001, presentado ayer en Viena, el IPI señala también que ese año 55 informadores cayeron asesinados en el mundo. Colombia, con 11 muertes, se mantiene como el país más peligroso.

El organismo, que agrupa a editores de todo el mundo, también acusa a Estados Unidos de manipular a los medios de comunicación. 'La forma en que ha reaccionado el Gobierno de Bush ante el trabajo de los medios de comunicación durante la guerra en Afganistán, su intento de suprimir la expresión de los medios independientes, ha sido nuestra gran sorpresa en 2001', aseguró el autor del informe, David Dadge.

Respecto al País Vasco, el IPI destaca que 'las agresiones contra los medios, que se iniciaron en 2000, continuaron el pasado año con numerosos atentados con bombas contra sus oficinas o reporteros'. Subraya que dicho 'derramamiento de sangre ha conducido a que numerosos periodistas abandonen la región para buscar trabajo en otros lugares' y que quienes permanecen en el País Vasco se vean obligados a 'llevar guardaespaldas' y a realizar su labor 'bajo la omnipresente amenaza de la retribución violenta'.

El IPI comenta que 'los blancos favoritos son aquellos comentaristas que regularmente denuncian las tácticas de violencia empleadas por ETA' y que 'son atacados a sangre fría por pequeños grupos de colaboradores'. 'Esto es evidente ante el uso frecuente de bombas y cócteles mólotov' por parte de ETA y sus colaboradores, según el instituto que agrupa a editores de todo el mundo y que se refiere concretamente al caso del periodista Gorka Landáburu, que resultó gravemente herido en manos y cara por la explosión de una carta bomba en mayo de 2001.

El IPI destaca que 'colaboradores de ETA utilizaron sus propios medios de prensa para atacar a los periodistas que condenan el uso de la violencia' y cita la clausurada revista abertzale Ardi Beltza, y a su director, Pepe Rei.