Bush no logra en China un acuerdo para impedir la proliferación de armas

El presidente estadounidense, George Bush, calificó de 'cálidas' las conversaciones mantenidas ayer con su homólogo chino, Jiang Zemin, a pesar de que no consiguió arrancarle un acuerdo sobre la proliferación de armas y, muy especialmente, sobre transferencia de tecnología de misiles a países incluidos por Washington en el llamado eje del mal: Irán, Irak y Corea del Norte.

Con respecto a Corea del Norte, precisamente, Bush dijo en la conferencia de prensa conjunta con Jiang, celebrada en el Gran Palacio del Pueblo, que había pedido 'ayuda' al presidente chino para entrevistarse con el líder norcoreano, Kim Jong-il. 'Deseamos reunirnos con el régimen norcoreano y le he pedido que le transmita este mensaje', dijo Bush, que termina en China la gira asiática que le ha llevado también a Japón y Corea del Sur.

Justo 30 años después de la histórica primera visita de un presidente norteamericano -Richard Nixon- a la China de Mao Zedong, la llegada de Bush ha sido recibida con indiferencia por la población y con relativa frialdad oficial, sin una gran ceremonia en Tiananmen ni paseo por la Ciudad Prohibida. Además, Jiang Zemin pareció poco cooperativo en cuanto a Irak, uno de los países incluidos por Bush en el eje del mal y que ya ha sido advertido por la Casa Blanca de estar en la cola de la campaña antiterrorista, una vez finalizada ésta en Afganistán. El presidente chino reconoció haber discutido con Bush la situación de Irak y dio a entender que China no apoyaría una acción militar contra ese país.

'Creo que he dejado claro en mis discusiones con el presidente Bush que lo importante es que se valore más la paz', dijo Jiang.

Tanto el presidente chino como el estadounidense destacaron su interés en estrechar las relaciones entre los dos países y expresaron su disposición a cooperar en la lucha contra el terrorismo, pero, como los expertos habían pronosticado, la cumbre no ha dado resultados concretos y ha aireado las diferencias que separan a Washington y Pekín.

'La gente de China debe de ser libre para elegir cómo vive, cómo actúa y cómo trabaja', dijo Bush al defender los derechos humanos en China, uno de los puntos de mayor divergencia y que el Gobierno comunista considera una injerencia en sus asuntos internos.

Pero, a pesar de estas diferencias, Jiang indicó que ha aceptado la invitación para visitar Estados Unidos en octubre. Para entonces, Jiang Zemin habrá dejado de ser presidente del Partido Comunista Chino, durante el congreso que se celebrará en otoño. Hoy, precisamente, Bush tiene previsto reunirse con Hu Jintao, quien parece contar con más posibilidades de suceder a Jiang en la presidencia del PCCh y posteriormente en la jefatura del Estado. Hu ha aceptado también una invitación del vicepresidente Dick Cheney para visitar EE UU próximamente.

La consejera de Seguridad Nacional de Bush, Condoleezza Rice, destacó que en la reunión entre Bush y Jiang ha habido 'progresos' en cuanto a la preocupación existente en Estados Unidos sobre proliferación nuclear. Rice añadió que espera que la reunión sea también 'útil' de cara a conseguir que se reanuden las conversaciones con el régimen norcoreano, en las que Washington está 'muy interesado'. La visita de Bush a China es de apenas 30 horas.