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Robert Lepage se sumerge en el mundo vertiginoso de la mexicana Frida Kahlo

El director canadiense estrena mañana en Madrid 'Apasionada', de Sophie Faucher

'Sólo desde el caos se puede alcanzar la belleza'. Desde esa premisa, y con un dominio y conocimiento tecnológico fuera de lo común, el canadiense Robert Lepage se ha convertido en la última década en uno de los directores de escena más solicitados internacionalmente. Su último espectáculo, en el que vuelve a unir belleza y dolor, Apasionada (que viva Frida), escrito e interpretado por Sophie Faucher, inicia mañana su gira europea en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, donde permanecerá hasta el 2 de marzo, programado por el Centro Dramático Nacional.

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Lepage considera que esta vez trae a Madrid un espectáculo muy fresco, al contrario de los que trajo anteriormente, Elsinor o La cara oculta de la luna, que llegaron después de haber sido rodados durante tiempo. 'Aquí la pintura está todavía fresca, como si acabáramos de ponerla en el lienzo', afirma el director, que ha estrenado el pasado mes de diciembre en Quebec este montaje con su compañía, Ex Machina.

La obra nació a partir del texto que la actriz Sophie Faucher escribió para la radio en torno a la figura de la pintora mexicana Frida Kahlo: 'Era, sobre todo, una evocación', dijo Faucher, a quien le fascinaba la idea de poder llevar el proyecto al teatro. Pero acariciaba un sueño aparentemente imposible: que Robert Lepage, uno de los hombres de teatro más ocupados y solicitados del mundo, montara el espectáculo. La actriz y el director se conocían, habían estudiado al mismo tiempo en el Conservatorio de Arte Dramático, aunque ella lo hizo en Montreal y él en Quebec. El milagro se produjo: Faucher le hizo llegar el texto al director y Lepage se embarcó en la aventura.

Para Lepage, uno de los aspectos que más le interesó al sumergirse en el universo de Kahlo, fue la época en que vivió: 'Tanto México como Estados Unidos vivían, antes de la Segunda Guerra Mundial, un momento de promesas políticas, filosóficas, artísticas, con una encrucijada de influencias de tremenda efervescencia'. Para el director, lo que vivieron Frida y Diego Rivera significa mucho para los canadienses: 'Nosotros también vivimos una cultura colonizada, fundamentalmente por Estados Unidos, pero también por franceses y británicos, por lo que conocemos muy bien esas crisis de identidad y sabemos del esfuerzo por descolonizarnos'.

El nuevo mito del teatro internacional, que ha destacado por su capacidad de generar imágenes poéticas, teñidas de surrealismo, a partir de sofisticadas tecnologías, se queda pensativo cuando se le pregunta por qué siempre une dolor y belleza en todos sus montajes: 'No soy una persona mística y tampoco soy budista, aunque hay algo de esa doctrina que me fascina. Es la metáfora de la flor de loto, una flor que nace en las ciénagas. Me reconcilio con la vida cuando veo que del dolor, del sufrimiento o del horror puede extraerse algo bello. Es algo que entienden muy bien los budistas'. Y concluye: 'Antes de que el cosmos fuera una estructura ordenada era sólo caos. Es ahí donde surge el proceso artístico, y es que sólo se puede crear cuando uno está perdido. Si te instalas en la seguridad, estás condenado a repetir lo que ya existe'.

Sophie Faucher y Robert Lepage, durante la presentación de <i>Apasionada</i> en Madrid.
Sophie Faucher y Robert Lepage, durante la presentación de Apasionada en Madrid.LUIS MAGÁN

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