Historias de porros, escolares y 'mossos'

La experiencia es un grado, y si no se tiene pueden ocurrir historias como las que se conocieron ayer en las que están implicados los Mossos d'Esquadra. La delegación del Departamento de Enseñanza en Lleida ha abierto una investigación para esclarecer la actuación de la policía autonómica en el Instituto Joan Oró de esta ciudad, tras la denuncia presentada por la madre de un alumno de secundaria de 13 años. La mujer acusa a los agentes de abuso de autoridad y acoso psicológico por haber intentado detener el pasado miércoles a su hijo en el centro después de que otro alumno de 15 años denunciara una agresión que le costó tres puntos de sutura en una ceja.

Un portavoz de la policía autonómica explicó ayer que el alumno fue citado en el despacho del jefe de estudios del instituto y que negó ser el autor de la agresión, ocurrida el fin de semana fuera del centro. Sin embargo, ante la sospecha de que no estaba diciendo la verdad, los agentes le dijeron que debía ir a comisaría acompañado por sus padres para esclarecer los hechos. El mismo portavoz precisó que el menor nunca estuvo detenido y que la gestión se realizó con una gran discreción.

La madre del escolar considera en su denuncia que los mossos cometieron un abuso de autoridad y que su actuación ha supuesto 'un grave quebranto de la imagen del menor frente a sus compañeros y profesores', además de 'haberle causado un impacto psicológico sin duda dañoso'. El delegado de Enseñanza, Ramon Alturo, señaló ayer que abrirá una investigación sobre este incidente. 'Siempre que ha habido un problema como éste', dijo, 'ha existido una coordinación entre la autoridad gubernativa, Enseñanza y el centro. Hay que saber qué ha pasado realmente en este caso'. El portavoz oficial de la policía explicó ayer que la investigación de Enseñanza se ceñirá a lo ocurrido entre los alumnos, no con la policía.

La segunda historia de inexperiencia se refleja en una sentencia dictada por la Audiencia de Girona en la que califica de poco afortunada, posiblemente debido a la inexperiencia, la actuación de una pareja de Mossos d'Esquadra que fue apaleada en el barrio conflictivo de Font de la Pòlvora de Girona cuando pretendía detener a un menor que fumaba un porro en la calle. Uno de los tres acusados de la agresión ha sido absuelto. El fiscal pedía penas que sumaban 19 años de cárcel.

La sentencia de la Audiencia de Girona absuelve a uno de los acusados por falta de pruebas e impone sendas penas de seis y nueve meses a los otros dos acusados, que son madre e hijo.

La sentencia concluye que la actuación de la policía 'puede calificarse de poco afortunada, posiblemente debido a la inexperiencia en estos momentos'. En 1997, cuando ocurrieron los hechos, los Mossos llevaban poco tiempo a cargo de la seguridad ciudadana.

La agresión a los agentes se produjo después de que los dos policías que patrullaban por la zona advirtieran a un menor de edad que fumar un porro en plena calle constituía un delito. El menor no les hizo caso y continuó fumando, aun después de que la policía le amenazara con detenerlo por desobediencia a la autoridad. Cuando los dos mossos se disponían a detener al joven, un grupo de allegados se interpuso para impedirlo. De las discusiones se pasó rápidamente a las manos y los dos agentes sufrieron lesiones leves al ser golpeados con puños y palos.

La defensa de los acusados mantuvo durante el juicio que la actuación de los dos agentes contribuyó a encrespar los ánimos e hizo que la situación degenerara en la violencia.