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Entrevista:OSCAR JAIME JIMÉNEZ | Sociólogo

'Muchos políticos no creen realmente en una derrota policial de ETA'

El consenso político es el factor determinante para explicar la evolución de la respuesta policial al terrorismo en España entre 1976 y 1996. Ésta es una de las principales conclusiones del libro Policía, terrorismo y cambio político en España 1976-1996, una investigación del profesor de Sociología de la UPNA Oscar Jaime Jiménez (Furth, 1968) recién publicada.

Pregunta. ¿En qué medida afectó a la Transición la lucha policial contra el terrorismo?

Respuesta. En los primeros años de la Transición, el Gobierno necesitaba asentar el proceso político. Se postergó la vía policial para dar una imagen alejada del autoritarismo, pero se facilitó el surgimiento en las agencias de seguridad de dinámicas autónomas que contribuyeron a deteriorar la imagen de la acción estatal en su conjunto, principalmente en el País Vasco.

P. ¿Cuánto duró esa fase?

R. Hasta 1978. Luego, las autoridades optan por un protagonismo policial que aún perdura, de carácter oscilante, pero en el que el estado de consenso político sería hegemónico. Desde 1982, el Gobierno socialista desarrolla políticas antiterroristas cuidadosamente diseñadas y complementadas en la negociación, la reinserción y la dispersión de presos. Los pactos de Ajuria Enea y Madrid permitieron consensuar con el Gobierno vasco un modelo integral de lucha, un modelo que sufrirá cierto debilitamiento por la delicada situación política a que se enfrentaron los últimos gobiernos del PSOE.

P. ¿Qué efectos tuvo la actuación de los GAL?

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R. Muy negativos. Los GAL fueron, desde el punto de vista de cualquier politólogo, un grupo terrorista promovido por ciertos sectores estatales. Su acción legitimó el discurso de sectores de la sociedad vasca y dio muchos votos a HB.

P. ¿Cree posible acabar con ETA sólo con la lucha policial?

R. Para algunos responsables políticos esa vía es prevalente y la defienden como el único camino, pero, en el fondo, no existe una percepción tan clara. Tras entrevistarme con muchos dirigentes políticos sé que no lo piensan realmente. Hay que interpretar o modular ese discurso, que es un discurso dirigido a dar a la ciudadanía una imagen de control de la situación.

P. ¿Los responsables policiales opinan lo mismo?

R. A principios de los 90 algunos mandos creyeron que podía ser el momento de acabar policialmente con ETA, pues había habido operaciones exitosas en España y la colaboración de Francia, que empezó a mejorar en 1984, se incrementó entonces significativamente.

P. ¿Qué lo frustró?

R. Las expectativas se frustraron no por fallos del Ministerio de Interior, sino porque la coyuntura política, sobre todo desde 1993, era ya desfavorable al PSOE. El Gobierno socialista tenía la mente en otras cuestiones y comenzaba a estallarle en las manos el tema de los GAL. Aunque se operaron cambios drásticos en la cúpula policial entre 1994 y 1996, fue ya demasiado tarde.

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