_
_
_
_

Dos tiendas vendían pieles de animales protegidos y productos de santería

Ambos locales ofrecían también aceite de 'cannabis' para cocinar

F. Javier Barroso

Dos tiendas del distrito Centro vendían productos dedicados supuestamente a la santería y a la magia blanca, además de pieles de animales en peligro de extinción -como ciertos felinos y serpientes- y alimentos con derivados del cannabis, informó ayer la Policía Municipal. Los agentes de la Unidad de Protección y Medio Ambiente requisaron también de los locales supuestos afrodisiacos y productos sexuales.

Las tiendas se encuentran en el número 1 de la calle de San Alberto y en el número 5 de la calle de Espoz y Mina. Estaban regentadas por el mismo dueño, un ciudadano argentino. Los agentes las registraron el martes por la tarde y hallaron numerosos productos a los que faltaban las etiquetas sanitarias. Entre ellos había derivados del cannabis y del cáñamo, como aceite para cocinar, gominolas, pastillas, incienso, infusiones de té, caramelos, jabones y barras energéticas.

Los locales ofrecían también productos que vulneraban, según la policía, el Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y la Flora Silvestres (Cites), firmado en Washington en 1973. Entre los productos intervenidos hay pieles de felinos y de serpientes, plumas de águilas, loros suramericanos y buitres, cuernos de ciervo en polvo, marfil en bolsas, cartílagos de serpientes y rayaduras de un roedor de grandes dimensiones originario de Cuba llamado jutia y que está en peligro de extinción. Había asimismo madera de palo de santo.

Mieles del amor

El apartado de afrodisiacos y fluidos sexuales estaba especialmente surtido. Tenía productos como jalea africana, miel del amor, activador sexual veterinario, jabón de azufre, colonias de la suerte -también llamada siete machos-, lociones de desamor o jabones pegahombres.

Todos los productos fueron requisados por los agentes y entregados a las autoridades sanitarias para que inicien el correspondiente procedimiento sancionador. 'Estos materiales carecían de orden de entrada del servicio aduanero y de registro de Sanidad. Otros carecían del mínimo etiquetado, por lo que representaban un serio riesgo para la salud de las personas que los consumieran', explicó un portavoz de la Policía Municipal. La mercancía incautada habría alcanzado en el mercado un valor de entre 30.000 y 48.000 euros (entre cinco y ocho millones de pesetas).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_