Obsolescencia
No es una palabra conocida, pero designa un concepto muy útil. Quien busque el término en un diccionario (por ejemplo, el de la Academia) verá que obsolescencia es la 'cualidad de obsolescente', que a su vez es algo que 'está volviéndose obsoleto', es decir (aclara por fin la obra) 'que está cayendo en desuso'.
El concepto que resulta central en la industria informática (y en general electrónica) es el de 'obsolescencia programada' (planned obsolescence, en su forma inglesa más común). Significa que tanto los productos de hardware como de los de software están construidos con la intención de que dejen de ser utilizados en muy corto espacio de tiempo.
En el mundo de los bienes de consumo se suele hablar de obsolescencia programada cuando hay alguna parte de un mecanismo que está diseñada para estropearse pasado un tiempo. Pero en el consumo electrónico la cuestión es más sutil: no es que la cámara digital se estropee, ni que el programa deje de funcionar, sino que sus usuarios percibirán la necesidad creciente de sustituirlos por el modelo o la versión siguientes. ¿Por qué? En ocasiones, por la pura presión de la publicidad: se nos transmite la idea de que lo mejor es lo último que ha aparecido en el mercado. Pero en otros casos es la rápida evolución de los sistemas y la falta de compatibilidad hacia atrás lo que hace que un objeto o un programa resulten inservibles. Una cámara digital, por ejemplo, puede funcionar bien con un cierto software de descarga de imágenes a un PC, que dejará de servir en la siguiente versión del sistema operativo. Los programas demandan cada vez más recursos, que obligan a tener nuevas máquinas y sistemas, que a su vez funcionan mal con productos anteriores. Y así vamos...
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