Deseo
No hace mucho tiempo que conseguí uno de mis más necesarios deseos: comprarme un coche con el que poder ir a trabajar y ahorrarme las más de dos horas que tardaba en llegar y volver de la oficina cada día. No está en mi ánimo criticar el servicio de transporte público madrileño, que, sin duda, es bueno y mejora cada día, pero empiezo a plantearme seriamente si los baches de la calle de Sinesio Delgado son otra forma de presión de nuestros dirigentes, que tanto critican el uso del coche para los desplazamientos por ciudad, para que usemos el autobús o el metro.
Cuando uno sale a trabajar, a primera hora de la mañana, lo que menos quiere encontrarse, además de un gran atasco, son los meneos que le esperan en Sinesio Delgado, desde la plaza de Mondoñedo hasta el túnel de esa misma calle, en el cruce con la de Antonio Machado. Cualquier día me tengo que bajar en el camino para recoger lo que quede de mis ruedas... Eso sí, para las familias puede ser emocionante. ¿Por qué esperar las interminables colas de entrada del Parque de Atracciones los domingos, pudiendo darse un paseo en coche por esta calle? Los niños se divierten muchísimo cuando sus cabezas dan contra el techo del vehículo, y el dinero de las entradas siempre se puede invertir en arreglar la suspensión del coche.
Yo no tengo dinero para un coche nuevo. Pero creo que con los impuestos que pagamos los que circulamos diariamente por Sinesio Delgado ya se podría arreglar la carretera, por llamarla de alguna manera.
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