Los padres piden más recursos para la educación
Las familias creen que la coordinación entre profesores y familias es clave para la mejora del sistema
La familia, uno de los grandes puntales de la educación, debate sobre el actual sistema educativo. Los padres laicos y los católicos ponen voz a dos redes educativas, la pública y la concertada. No coinciden tanto en los problemas como en las necesidades de la escuela: más recursos y apoyos de la Administración. Ésa es una petición unánime. La participación de los padres en el sistema educativo debería, dicen, impulsarse, pero la falta de tiempo les desborda. Una clave para el buen funcionamiento del sistema: diálogo abierto y cooperación entre padres y profesores. Participan en esta conversación Eulalia Vaquero, presidenta de la confederación laica de padres de alumnos (Ceapa) y Mari Luz Amado, presidenta de la asociación de padres de alumnos (APA) del instituto público Marqués de Santillana, de Colmenar Viejo (Madrid); por parte de la enseñanza concertada, el presidente de la confederación de padres católicos (Concapa), José Manuel Contreras, y María Jesús González, presidenta de la APA del colegio San José, de Fuensalida (Toledo).
Vaquero: 'A los chavales se les enseña poco a trabajar en equipo y a pensar'
Contreras: 'Hay que potenciar las tutorías y la coordinación entre padres y profesores'
González: 'Los padres hemos pasado a ser demasiado permisivos. Hay que exigir en casa'
Contreras: 'La información para poder elegir centro no se le da a nadie'
Amado: 'No creo que haya grandes problemas ni en la primaria ni en la secundaria'
Pregunta. Se habla del fracaso escolar y del bajo rendimiento de los alumnos. ¿Qué es lo que no saben los estudiantes? ¿Se les está enseñando correctamente?
Eulalia Vaquero. Yo tengo dos hijos y ambos han estudiado en los mismos centros y casi con los mismos profesores. El chico estudió en el anterior sistema y mi hija lleva con la LOGSE desde primero de primaria. Puedo decir que ella tiene conocimientos parecidos a los que tenía mi hijo a la misma edad. El rechazo que hubo al cambio ha perjudicado al sistema. Hay que mejorar los resultados de los alumnos, sí. A los chavales se les enseña poco a trabajar en equipo y a pensar.
José Manuel Contreras. Ni a reflexionar, pero no se puede generalizar con el profesorado, hay de todo. Tampoco se puede reprochar a la LOGSE los incovenientes que han ido surgiendo, porque, efectivamente, los alumnos que llegan a la Universidad todavía no son los que estudiaron con el sistema LOGSE, pero debemos atajar los inconvenientes detectados. Tampoco creo que sea positivo comparar, son tiempos distintos. Hoy tenemos otras herramientas, nuevas tecnologías, técnicas de aprender a pensar... Habrá también profesores que, a pesar de dedicar todos sus esfuerzos, no encuentren los apoyos necesarios en las familias. Hay deficiencias en ortografía, en comprensión lectora, no se saca rendimiento al estudio. A lo mejor es porque no se tienen las técnicas adecuadas. En matemáticas, también parece ser que hay bastantes deficiencias.
María Jesús González. Los conocimientos que se estudian ahora son más parciales. Se estudian muy bien los aspectos de cada comunidad, y poquito de lo general. Los chicos son más inquietos. Hay menos dedicación y menos comprensión de la lectura porque no tienen un hábito adquirido desde pequeños.
Mari Luz Amado. No se han incorporado las técnicas de estudio en el aula y por eso los padres lo pedían como una posible actividad extraescolar. Los chicos deben aprender a buscar información, es una demanda no sólo de la escuela, sino de la sociedad en general. En los institutos creo que no hay más problemas con la lengua y las matemáticas que con otras disciplinas.
Pregunta. ¿Hasta qué punto el fracaso escolar es achacable a la familia?
Contreras. El fracaso escolar puede atajarse incluso antes de llevar a nuestros hijos al colegio si se les han inculcado unos valores instrumentales: esfuerzo, orden, disciplina. Si el profesor no tiene la colaboración de los padres es muy difícil que el niño adquiera esos hábitos. Parece que hay una dejación por parte de las familias, que tienen las primeras responsabilidades.
González. Hemos pasado a ser demasiado permisivos. Es verdad que la mujer está menos tiempo en casa del que antes estaba y los niños permanecían con los padres más tiempo de lo que hoy permanecen. Ahora van antes a la guardería y a la escuela. Los profesores son la ayuda, el complemento de los padres, pero hay que empezar por exigir en casa.
Amado. No se puede decir que las familias nos hemos desentendido. Lo que hay es falta de participación real.
Vaquero. Yo creo que en las familias estamos más preocupados por la educación de nuestros hijos que nunca. Pero ni la sociedad ni la familia son lo que eran. La realidad también nos está desbordando, como a los profesores. La sociedad está pidiendo a la escuela que eduque también, y los profesores tienen que asumir ese papel.
Contreras. Yo pediría que a las familias se les proporcionen los instrumentos necesarios para poder ejercer la educación.
P. ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar al buen funcionamiento del sistema educativo?
González. Deberíamos tener la posibilidad de establecer una relación más estrecha con los tutores. Que a los padres se nos forme, o bien en las tutorías o bien en una entidad que se cree. Y que las tutorías se lleven a cabo realmente. Que los padres podamos hacer un seguimiento más personalizado, conocer el centro e implicarnos en él, aunque no tenemos mucho tiempo.
Contreras. Veo muy complicado que los padres hagamos mucho más de lo que estamos haciendo porque la incorporación de la mujer al mundo laboral está condicionando la educación, pero también la falta de implicación tradicional del hombre en la educación de sus hijos. Hay que potenciar la función tutorial y la coordinación de éstos con los padres. Cuando la presidenta de la APA convoca a los padres no acuden, ni cuando convoca la dirección, pero cuando lo hace el tutor, sobre todo si los hijos son pequeños, los padres van, por lo menos un 50%. Aprovechemos ese poder de convocatoria para que se lidere desde ahí pedagógicamente el equipo educativo del aula.
Vaquero. Yo creo que los padres tenemos que hablar mucho con los chavales para ver qué temas les están preocupando, cuestiones que les desbordan. Es imprescindible ese diálogo. Tenemos que estimularles, motivarles y orientarles. Comunicación también con la escuela. El desencuentro que tenemos con los profesores hay que eliminarlo y corresponsabilizarnos ambos de la educación y para eso lo mejor que se ha inventado es la participación, aunque a veces los horarios lo dificultan. A los padres se nos acusa de casi todo, si no participamos porque somos unos pasotas, pero cuando intentamos participar también se nos vapulea: se nos ve como fiscalizadores.
Pregunta. ¿Están los padres dispuestos a participar en la gestión de los centros, el diseño de los currículos, la organización de las actividades extraescolares?
Amado. Hay centros en que los proyectos educativos se han elaborado entre toda la comunidad educativa, me consta, y en centros nada fáciles, por cierto. Y funcionan, pero esos casos se cuentan con los dedos. La participación de los padres se contempla en la legislación, pero estamos en minoría. Colaboramos más que participamos. Las familias colaboran preparando el disfraz para carnavales, pero la participación real, la toma de decisiones, aunque sea para el Carnaval también, el cómo vamos a hacerlo, a organizarlo, eso ocurre muy poquito y en los institutos existe todavía, lamentablemente es así, un fuerte corporativismo de los profesores. Hay veces que en los consejos escolares se hacen propuestas y ves que no las admiten por corporativismo. Y en los centros de secundaria, en mi opinión, de manera más rotunda. En ocasiones los profesores nos llaman cuando hay que hacer una reivindicación a la Administración. Pero cuando se elabora un proyecto, cuando planteamos alternativas... Y cuando te entrevistas con un tutor, en muchos casos conoce el nombre del alumno, pero desconoce qué le ocurre a ese chico en las demás asignaturas.
P. ¿Encuentran trabas para participar activamente en el centro?
González. La realidad es que tenemos unas limitaciones por ley para participar. Depende de los centros, pero la idea global es que a veces la dirección te pone trabas.
Amado. ¿Pero no sentís cierto corporativismo entre el profesorado cuando nos aproximamos a participar?
Contreras. Puede ser que sí.
P. ¿Están dispuestas las familias a que se divida la enseñanza en itinerarios a los 14 años o preferiríais que esta división ocurriera un poco más tarde?
Vaquero. Creemos que no se puede seleccionar a los alumnos en la enseñanza básica obligatoria. Hay que apostar por que todos terminen esa etapa en las mejores condiciones. A los alumnos con dificultades habrá que ofrecerles más recursos para que permanezcan en el sistema educativo. El mercado ya se encarga de seleccionar.
Contreras. Creo que no es seleccionar, pero sí me parece fundamental que a los 14 años, un adolescente tiene que implicarse, ir tomando decisiones en consonancia con sus apetencias, actitudes y aptitudes.
P. Que el chico forme parte de esa decisión.
Contreras. Efectivamente. No se puede madurar sin ir tomando decisiones e irse responsabilizando de lo que se va eligiendo, porque si no, se puede producir el efecto contrario, de rebote: 'me obligan, pues lo rechazo'.
Vaquero. Estoy de acuerdo en darle posibilidades al alumno para que decida, para que pueda ir elaborando su propio itinerario educativo, pero siempre que les lleve a la misma titulación que al resto de sus compañeros. Y para eso teníamos un mecanismo estupendo, a partir de la optatividad, pero se ha hecho mal, no se ha dotado de recursos ni de profesores cualificados para llevarlo adelante.
Contreras. Es que no conocemos lo que plantea el Gobierno. Cómo se van a configurar esos itinerarios.
Vaquero. Si se rebajan las expectativas de los alumnos a los 14 años, rebajamos también las de los profesores y la de las familias.
P. ¿Qué debería tener en cuenta la futura reforma?
Vaquero. La formación inicial del profesorado. Les estamos exigiendo cosas para las que no se les ha preparado. Y formación permanente para reciclarse. La innovación pedagógica: me gustaría escuchar lo que tengan que decir los expertos de las facultades de Ciencias de la Educación. Los chavales tiene demasiadas asignaturas, profesores que cambian permanentemente.
Contreras. Yo haré hincapié en la deficiente implicación de los padres en la educación de los hijos. Hay que ver qué está ocurriendo. Puede que la base de los consejos escolares de los centros se esté quedando corta si hablamos de calidad educativa. Propondría un centro de recursos para la educación familiar, que se dedique a hacer propuestas, sugerencias, estudios sobre cuál es la problemática de la educación familiar. Y hacer propuestas, incluso legislativas.
Vaquero. Y equipos de orientación en primaria y secundaria. Que entren en la escuela otros profesionales. Se necesitan mediadores y trabajadores sociales. Y recursos, muchos más. Esto también es cuestión de dinero. Decimos que no a las promociones automáticas, pero yo diría que tampoco a las repeticiones de curso si no van acompañadas de todas estas medidas.
González. Insisto en eso. Que se pongan menos pegas para lograr estos apoyos. Pediría que se elimine también tanta burocracia, y apoyo al personal administrativo. Y formar a los directores, es muy necesario.
Amado. Incentivar al profesorado, también. Hay escasez de auxiliares de control, los antiguos bedeles. Y que en los centros de secundaria un equipo directivo elegido democráticamente lidere un proyecto educativo común, en el que participen los padres.
P. Se está tratando de reformar la secundaria. Pero ¿es en esa etapa cuando empiezan los problemas?
González. Sí, muchos problemas se detectan en primaria, podríamos revisar esta etapa, porque las habilidades y lo hábitos no se adquieren de golpe.
Amado. Yo no creo que haya grandes problemas ni en secundaria ni en primaria, realmente.
Vaquero. Estoy convencida de que la mayor parte de los problemas que afloran en secundaria se han gestado en primaria o en la etapa infantil. A lo mejor hay que revisar los currículos.
P. Como padres de la escuela concertada, ¿qué piensan del desigual reparto de los inmigrantes entre la escuela pública y la subvencionada?
González. No es que los centros concertados no los quieran, pero si no te dan los recursos necesarios para atenderlos debidamente, pues automáticamente la misma comunidad te los pasa a un centro público.
Amado. La pública tiene también ese problema
Contreras. Los recursos de la escuela concertada son también limitados. La concertada está masificada, muchos padres se quedan fuera por falta de plazas. Mis hijos van a un colegio donde hay bastantes inmigrantes. Pero todos los recursos para alumnos con necesidades educativas especiales (profesores de apoyo), los tienen únicamente asignados a los inmigrantes, porque tienen prioridad. Pero las dificultades que tienen los inmigrantes para acceder a la escuela concertada son las mismas que las que tienen otros padres no inmigrantes. Se está haciendo demagogia con esto, no se puede generalizar.
P. Pero los datos son que el 77% de los inmigrantes están en la escuela pública.
Contreras. Pero hay algunos centros donde no se han cubierto los cupos reservados para ellos porque no han elegido estos centros, o porque no residen en esas zonas, o porque no tienen información adecuada. Porque la información para elegir centro no se le da a nadie, ni a las familias inmigrantes ni a las no inmigrantes.
P. ¿Estarían los padres dispuestos a que se reserven todo el año unas plazas para inmigrantes?
Contreras. En Navarra se hizo el año pasado y han quedado plazas sin cubrirse.
Vaquero. Conozco centros concertados que están escolarizando a inmigrantes, pero eso me lleva a pensar que hay muchos que no escolarizan a ninguno.
Contreras. También hay comunidades autónomas en las que no hay tantos colegios. En Andalucía están cerrando centros concertados, por ejemplo.
Vaquero. Hay alumnos, ésa es la realidad, que no los quiere nadie, ni unos ni otros, y se escaquea el que puede, y selecciona al alumnado el que puede. Cuando los centros se ven con un montón de solicitudes, si pueden elegir, eligen a los que mejor les parecen. Tenemos tendencia a la selección, sólo que unos lo pueden hacer mejor que otros. Claro, la concertada tiene muchas solicitudes y no puede tener inmigrantes, pero los públicos que tienen inmigrantes, cada vez tienen menos solicitudes y cada vez más inmigrantes. Hay que acabar con esto, escolarizar a todo el mundo. Creo que la solución puede ser una comisión de educación centralizada, por distrito o por ayuntamientos, donde las familias lleven sus solicitudes y desde donde se proceda a la escolarización de los alumnos.
Contreras. Ya hay comisiones de escolarización, pero no hay que olvidar que un padre que quiera llevar a sus hijos a un centro determinado tendrá que tener prioridad, ya sea inmigrante o no. Los padres tienen que implicarse en la responsabilidad de elegir un centro con unas características determinadas.
Vaquero. Por encima de nuestras preferencias está la necesidad de dar la mejor respuesta educativa a todos los chavales. Por ejemplo, si todos los gitanos deciden ir a un mismo centro, eso no puede ser porque es malo para ellos y para los demás. Lo que hacer es integrar.
Contreras. Lo que está claro es que la concertada no tiene recursos para atender estos alumnos si no es en detrimento de la atención que necesitan otros alumnos. El último informe del Defensor del Pueblo ya denunció que los padres de la concertada tienen que pagar, y eso es porque no se compensa suficientemente las necesidades económicas y financieras que tienen los centros escolares
Amado. Eso dependerá de las expectativas de ganancia de los propietarios de los centros, que no lo considerarán suficiente.
Mari Luz Amado
Tiene 42 años y es la presidenta de la asociación de padres de alumnos del instituto público Marqués de Santillana, en Colmenar Viejo (Madrid), al que asiste su hija de 16 años que cursa primero de bachillerato. La mayor, de 21 años, estudia un ciclo superior de formación profesional en el hotel escuela San Fernando. Amado es licenciada en Historia.
María Jesús González
Es farmacéutica, tiene 52 años y es presidenta de la asociación de padres de alumnos del colegio concertado San José, donde estudian sus hijas, en Fuensalida (Toledo). La mayor tiene 19 años y está en segundo de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, mientras que las pequeñas, de 14 y 13 años respectivamente, cursan segundo y primero de educación secundaria.
Eulalia Vaquero
La presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) tiene 45 años y dos hijos. El mayor, de 21 años, estudia 4º de Económicas y Derecho en la Universidad Carlos III, y la pequeña, de 17, está en 2º de bachillerato en el instituto público Ciudad de los Poetas de Madrid. Vaquero ha cursado los estudios de bachillerato.
José Manuel Contreras
Es funcionario y presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa). Tiene 42 años y es padre de tres hijos: dos chicas, de 17 y 14 años, que estudian 2º de bachillerato y 2º de educación secundaria, respectivamente, y un chico de 12 años que está en 6º de primaria. Todos van al colegio de los Maristas, en Pamplona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.