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Reportaje:

¿Quién teme a la cisterna rota?

El Ayuntamiento de Fuengirola enseña a las mujeres a arreglar averías domésticas comunes

Manuela es una mujer rubia, madura, elegante y tímida. Viéndola con su cuidado peinado, sus labios cuidadosamente pintados de rojo y su pañuelo floreado al cuello, nadie diría que es una fiera cortando azulejos. Pues no se le da nada mal. Ni tampoco a Teresa, a Lourdes, a Ángela, a Rosa, a Manoli, a su nieta Fátima ni al resto de mujeres que siguen el curso de Reparaciones en el Hogar que organiza el área de la Mujer del Ayuntamiento de Fuengirola.

Su orgulloso profesor, Francisco Javier Soria, que como docente de escuelas taller y cursos de formación ocupacional ha visto a cientos de albañiles, fontaneros, carpinteros y electricistas principiantes, asegura incluso que estas mujeres, muchas de ellas bien entradas en los cincuenta, son alumnas más habilidosas y disciplinadas que gran parte de los jóvenes que aspiran a convertirse en profesionales del sector. 'Ellas tienen mucha necesidad de aprender de estas cosas porque en casa les surgen muchas chapuzas y no tienen a nadie que se las solucione. Muchas veces es más difícil encontrar a un profesional para reparar una pequeña avería que para una gran obra', explica.

Rosa y Teresa, por ejemplo, enviudaron hace pocos años. 'A mí ya me daba vergüenza molestar a mi vecino para que viniera a arreglarme cosas', dice Rosa. Teresa, británica afincada en Fuengirola desde hace años, cree que el curso ha sido 'ideado expresamente para personas como yo, que vivo sola desde que murió mi marido'. Ahora espera ansiosa que toque la lección de fontanería. 'Tengo un cubo de agua debajo de un grifo que gotea desde hace una semana y ahora creo que lo podré arreglar yo misma', ríe.

De hecho, la fontanería y la electricidad son, según Soria, las materias que más interesan a sus alumnas. 'Casi todas preguntan desde el primer día cómo arreglar una cisterna que pierde agua o un enchufe que no funciona'. Pero tendrán que esperar, porque los primeros días del curso están dedicados a otras habilidades. El primer día aprendieron a reparar azulejos desprendidos, incluso a cortarlos con una técnica manual, y el segundo día, a lijar y barnizar madera. El curso comprende incluso un apéndice de jardinería. 'Es muy completo, y para nosotras es nuestra operación triunfo particular', bromea Ángela, que, a pesar de tener dos hijos en edad de ayudar con las reparaciones, proclama solemnemente que 'en ese tipo de cosas no dan un palo al agua'.

Casi todas las alumnas se conforman con poder aplicar los nuevos conocimientos en su propia casa. Pero Manoli Alcalá, de 64 años, confía en que su nieta, Fátima Porras, de 17, encuentre una vocación profesional. 'Es que ha dejado los estudios y me he dicho: pues a ver si le gusta esto'. Fátima, tímida, dice que al menos le divierte. Y se le da bien. Su tablón es el mejor lijado de todos. Aunque hay truco: Fátima trabaja en equipo con su abuela.

Algunas de las alumnas del curso de Reparaciones en el Hogar.
Algunas de las alumnas del curso de Reparaciones en el Hogar.SERGIO CAMACHO
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Invertir papeles para la igualdad

El curso de Reparaciones Domésticas ha sido una de las convocatorias más exitosas del Área de la Mujer del Ayuntamiento de Fuengirola. El pasado año tuvo tal demanda que ha vuelto a repetirse ahora, y aún han quedado mujeres en lista de espera para un próximo curso. Encarna Sedeño, psicóloga del área desde hace 18 años, considera que el hecho de que la mujer adquiera habilidades tradicionalmente asociadas al hombre le garantiza la autonomía personal en campos en los que históricamente no la ha tenido. 'Las mujeres cada vez optamos más por vivir solas, y nunca hemos sido educadas para resolver problemas de este tipo. Por eso la política que seguimos desde este servicio es poner a disposición de la mujer conocimientos de tareas asociadas con los hombres, y al revés. Hace poco ofrecimos un curso de cocina para hombres y también tuvo mucho éxito', explica. Para Sedeño, el intercambio de papeles es una de las claves para conseguir la igualdad entre sexos. 'No basta con que la mujer busque nuevas vías de realización, sino que hay que lograr hacer partícipes a los hombres, conseguir que ellos apuesten por la igualdad'. Sin embargo, Sedeño reconoce que por ahora la mujer es más entusiasta a la hora de abrirse nuevos horizontes que el hombre. 'El constante aumento del número de mujeres que acuden a las consultas de psicología de nuestra área, que están muy orientadas hacia el crecimiento personal, demuestra que existe mucha inquietud. Pero eso se debe también a que la mujer tiene que romper más bien barreras externas: sociales, culturales, laborales... Y en el caso del hombre, las barreras que tiene que romper para lograr la igualdad son de carácter interno: vencer la dificultad para expresar sus sentimientos, permitirse la ternura, superar el miedo al compromiso...'. Para animar a los hombres, el Área de la Mujer de Fuengirola los ha convocado a una mesa redonda sobre igualdad de géneros que se celebrará el 6 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 'Abordaremos la igualdad desde el punto de vista de los hombres, y la consigna para todas las mujeres asistentes es ir acompañadas de uno', explica.

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