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Crónica:CRÓNICA EN VERDE
Crónica
Texto informativo con interpretación

Dime con quién andas

La eficiencia energética se incorpora a la información que reciben los compradores de coches

El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas contaminante responsable del cambio climático. Este es un elemento que se produce en todas las combustiones y, por tanto, su elevada producción está directamente relacionada con el desproporcionado consumo de combustibles fósiles, como el petróleo y sus derivados, o el carbón.

Desde hace años la comunidad internacional trata de frenar las emisiones de este gas mediante acuerdos como el discutido Protocolo de Kyoto. El transporte por carretera es, en España, uno de los capítulos a los que se destina mayor cantidad de energía y, sin embargo, el consumo sigue creciendo a un ritmo del 5% anual.

En nuestro país se arrojan todos los años a la atmósfera cerca de 300 millones de toneladas de CO2, de las que un 10% se originarían en Andalucía. La mitad de estas emisiones corresponde al sector transporte, en el que tienen un peso importante los vehículos privados.

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Maneras de conducir

La mayoría de los consumidores no son conscientes del volumen de dióxido de carbono que producen sus automóviles. Supongamos que en un coche el dióxido de carbono no se liberara por el tubo de escape, sino que, al igual que ocurre con los residuos domésticos, se fuera depositando en un recipiente. En un sencillo trayecto, por ejemplo de Sevilla a Córdoba (alrededor de 150 kilómetros), y utilizando un turismo de tipo medio, el conductor se encontraría al llegar a su destino con unos 26 kilos de dióxido de carbono.

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Al margen de este ejemplo, la única forma de sensibilizar a los conductores sobre este problema es incorporando a la información comercial que ofrecen los vendedores de automóviles datos a propósito de la eficiencia energética y la producción de gases contaminantes. Al mismo tiempo, habría que establecer un sistema de baremación que permitiera comparar el comportamiento de los diferentes modelos. Así lo estableció una directiva comunitaria dictada en 1999 y que debería haber entrado en vigor hace un año.

España ha incorporado con retraso este mandato de la Comisión Europea. Al margen de las iniciativas que han desarrollado los propios fabricantes y vendedores de automóviles, el Gobierno, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ha dispuesto ya una completa base de datos, accesible a través de Internet (www.idae.es), mediante la que cualquier consumidor puede conocer la eficiencia energética de todos los turismos que están en venta, así como las emisiones de dióxido de carbono que se atribuyen a los diferentes modelos.

La búsqueda de información puede realizarse por marca y modelo, por segmento comercial, por consumo relativo o bien consultando la tabla en la que se ordenan los coches de menor consumo.

Particularmente interesante es la consulta del capítulo en el que los vehículos se clasifican por su consumo relativo. En este caso los diferentes modelos se distribuyen, siguiendo un criterio habitual en la mayoría de los países europeos, en categorías ordenadas por superficie (longitud x anchura). El consumo oficial, facilitado por el fabricante, se compara con un valor medio asignado por cálculos estadísticos a los coches con igual superficie y carburante, y de esta manera se obtiene el consumo relativo.

Cada modelo incorpora, así, una letra y un color que informan de su eficiencia energética. La escala comienza en la letra A (verde oscuro) que indica que ese modelo consume un 25% menos de la media atribuida a vehículos de su misma categoría, y termina en la G (rojo) que alerta de un consumo por encima del 25 % de la media de la categoría.

Estas letras y colores deberán estar presentes en una etiqueta que cada vehículo nuevo debe incluir en un lugar bien visible. Mientras los vendedores asumen esta nueva obligación, los consumidores pueden acceder a estos datos en Internet. Por ejemplo, pueden conocer los coches de menor consumo: apenas 3 litros de combustible por cada 100 kilómetros y unas emisiones de 81 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido. Estos datos adquieren su auténtico valor cuando se comprueba que en nuestro país hay coches en venta que consumen más de 20 litros de carburante cada 100 kilómetros y llegan a emitir cerca de 600 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

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