Coches al borde de un ataque de nervios
Diferencias entre las distintas asociaciones por la representatividad y el control de las cifras
Andan algo revueltas las aguasen el sector automovilístico español. Y no sólo por las reacciones que han provocado las propuestas del comisario de la Competencia, Mario Monti, con las que pretende aumentar la competencia en la distribución y reducir los precios. Justo cuando atraviesa uno de los momentos más dulces de la historia con la mayor parte de las marcas presentando cifras récord en las cuentas del pasado ejercicio. La última de ellas, BMW, presentó el pasado jueves unos resultados 'espectaculares', según su presidente Klaus Berning, con un incremento superior al 20% en su cifra de negocios.
El año empieza también despojando de argumentos una vez más a los pesimistas agoreros del sector con una subida de las ventas del .....% respecto al primer mes de 2001.
Fabricantes, importadores y concesionarios ponen de manifiesto sus diferencias en la defensa de sus intereses
Las previsiones para el cierre de este ejercicio, todas ellas negativas, abarcan de momento un abanico de caídas en las ventas entre el 2% y el 8%. Pero es precisamente el ámbito de las cifras el frente de batalla en el que se ha puesto de manifiesto el malestar existente entre algunas asociaciones sectoriales. Anfac agrupa a los fabricantes y es, por tanto, la de mayor peso específico. Sus marcas acaparan el 85% del mercado y ha sido el portavoz tradicional del sector ante la Administración y la sociedad española.
Durante los primeros días de cada mes hace públicas las cifras de ventas del mes anterior que han sido elaboradas por una filial suya, el Instituto de Estudios de Automoción, tras analizar las cintas de las matriculaciones facilitadas por la Dirección General de Tráfico. Los comunicados venían respaldados por otras tres asociaciones: Faconauto, Aniacam y Ganvam, que defienden respectivamente los intereses de los concesionarios, importadores y vendedores de automóviles. Los primeros saltaron hace tres semanas anunciando un nuevo sistema de análisis de los datos elaborado en este caso por Marketing Sistems, filial de la norteamericana R. L. Polk & Co., pero la aventura independentista apenas ha durado un mes. Faconauto ha aumentado su nivel de participación en la elaboración de los datos finales que presentarán de nuevo conjuntamente a partir de ahora.
En el caso de los importadores, sin embargo, las divergencias son más acusadas y vienen de lejos, el penúltimo roce se produjo con motivo de la última edición del Salón del Automóvil de Barcelona, del que estuvieron ausentes algunas firmas importadoras.
El presidente de Aniacam, Germán López, descartaba esta semana cualquier afán de protagonismo durante el acto de presentación del nuevo sistema de tratamiento de los datos de Tráfico, en manos en este caso de Precisa, filial de la también norteamericana Urban Science Group, pero denunciaba el tratamiento de Anfac en el que se marginaban regularmente algunas de sus marcas y proponía incluso a la Confederación Española de Automovilismo (CEA) como portavoz oficial de las opiniones del sector.
Las declaraciones han provocado un profundo malestar en la asociación de fabricantes, para cuyo director general, Luis Valero, el presidente de Aniacam 'ha faltado a la verdad' ya que 'no nos ha dado oportunidad de desglosar los datos de acuerdo con las solicitudes que anuncia ahora'. Y destaca que ha sido la propia CEA la que ha rechazado sus proposiciones en una asamblea celebrada esta misma semana.
Para Anfac se trata de un sector con una gran horizontalidad y una gran diversidad de intereses peculiares ya que, junto a las asociaciones con mayor peso, hay que tener en cuenta también los de los consumidores, entidades financieras, aseguradoras...: 'La CEA está bien para la defensa de intereses comunes, pero en cualquier caso, los planteamientos no pueden ser de aldea, la vertebración debe tener ya un carácter europeo y debe apoyarse en la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA)'.
Por su parte, en Faconauto han vuelto a la carga esta semana con una respuesta razonada a las intenciones liberalizadoras de Monti para llamar la atención sobre la necesidad de que los concesionarios no pierdan seguridad jurídica respecto del marco legal vigente, defendiendo, entre otras cosas, una duración mínima de cinco años en los contratos con el fabricante.
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