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El Parlament pide que se regulen los derechos de las prostitutas

'Queremos que nos respeten como personas', afirma una prostituta que acudió al pleno

Las prostitutas son trabajadoras que deben tener los mismos derechos que los demás. Con este telón de fondo, el Parlament aprobó ayer por unanimidad una moción que insta al Gobierno central a 'regular los aspectos laborales relacionados con el trabajo sexual' y a impulsar un reconocimiento jurídico para las personas que trabajan en este ámbito. Entre el público se sentó incluso una prostituta, Margarita Carreras, que trabaja desde hace 20 años en el Barrio Chino de Barcelona, pero el resultado del debate le causó una cierta desazón. 'Me conformo con que me respeten como persona, pero los diputados no nos han preguntado nada', explicó tras el debate.

Margarita Carreras, de 39 años, acudió al Parlament invitada por Carme Porta, la diputada de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que impulsó la moción. El texto inicial presentado por ésta era mucho más ambicioso -incluía programas sociales de apoyo a las prostitutas como servicio nocturno de guardería y acceso a viviendas de protección oficial-, pero en pos del consenso retiró el texto y pactó con todos los grupos una moción que, según admitió, no le satisface pero que supone 'un primer paso importante'.

El texto aprobado pide al Gobierno central que regule los aspectos laborales relacionados con la prostitución y conceda a las prostitutas un reconocimiento jurídico. Y pide que este debate se afronte en la comisión especial del Senado creada recientemente para estudiar la realidad del fenómeno de la prostitución. La moción también supondrá la creación de otra comisión en Cataluña con propuestas para 'garantizar los derechos fundamentales de las personas que ejercen el trabajo sexual' e insta al diálogo con entidades que trabajan con prostitutas, como Lícit.

A pesar del consenso, las intervenciones de las diputadas -todos los grupos eligieron a mujeres para esta moción- marcaron una diferencia nítida entre izquierda y derecha. Mientras que Carme Porta, Carme Valls, del Partit dels Socialistes (PSC), y Dolors Comas, de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) pusieron el acento en la necesidad de 'dignificar, dar visibilidad y conceder derechos sociales y laborales a las trabajadoras sexuales', Concepció Tarruella, de Convergència i Unió (CiU), y Alicia Sánchez Camacho, del Partido Popular (PP) se centraron en aspectos relacionados con la marginación, las mafias y los problemas sanitarios.

La intervención de Tarruella y Sánchez Camacho hacía revolver en su asiento a Margarita Carreras, prostituta que abandonó por unas horas la calle de Robadors, donde trabaja habitualmente, para escuchar a los parlamentarios. Ella y María Luisa Sánchez, representante de la organización Lícit, mostraron su indignación al finalizar el pleno: 'El discurso y la hipocresía de las representantes de CiU y el PP nos han ofendido', explicaron en los pasillos del Parlament, donde los diputados se cruzaban miradas y risitas a su paso.

Lo que más las indignó fueron ciertas referencias a los problemas sanitarios y a la extensión del sida. 'Me han ofendido porque nosotros no pegamos nada, suelen ser los clientes los que tienen problemas', aseguró Margarita Carreras. La portavoz de Lícit fue más lejos: 'Si quieren arreglar esto, que se impulse una campaña para las amas de casa porque la mayoría de los clientes son casados y no quieren usar preservativos', dijo.

Margarita Carreras no ocultó su escepticismo ante la moción: 'Parece que han descubierto que somos personas, pero lo primero que deberían hacer es preguntarnos a nosotras', afirmó. Y remachó, poco después de quejarse de que entre tantos diputados se sentía como 'un animal en el zoo': 'Me conformo con que me respeten como persona, que cuando pase por un sitio la gente no se aparte; es sencillo y sale gratis'.

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