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Un estudio relaciona la falta de vida familiar con el fracaso escolar

Los expertos piden más diálogo en el hogar

Un estudio de la Universidad de Alicante relaciona directamente la carencia de actividades familiares con el desarrollo de trastornos de ansiedad, depresiones, desórdenes alimenticios y fracaso escolar entre los jóvenes de familias en las 'se han perdido los hábitos cotidianos', según explicó ayer la responsable de la Unidad de Atención Familiar del centro Doctor Esquerdo de la Diputación Provincial de Alicante y coautora del estudio, Elena Compañ.

Los autores del trabajo concluyen que la familia que no practique los 'hábitos familiares clásicos' puede tener hijos con 'dificultades', que podrían desarrollar 'trastornos de alimentación, ansiedad, depresiones, fracaso escolar y problemas en la organización en general'. El estudio, realizado entre jóvenes de Alicante de clase media entre los 14 y 23 años, compara a las familias que acudían pidiendo consejo a esta unidad de atención con los núcleos familiares 'funcionales', y alumnos de instituto y universidad. El trabajo acaba de ser publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health, que edita el profesor Carlos Álvarez-Dardet.

Elena Compañ, directora del estudio y también licenciada en Antropología Social y Cultural, aboga por 'la necesidad de un soporte afectivo para crecer, y en el que aprender modelos de conducta', al tiempo que indicó que una de las causas de la falta de prácticas familiares se debe a que 'ciertas familias son incapaces de adaptarse a los cambios sociales'.

Asimismo, Josep Moreno, médico de familia del Centro de Salud de La Florida, adscrito a la Unidad de Atención de la Familia, y coautor del trabajo, señaló que una de las características de estas familias es que han perdido los ritos cotidianos familiares como puede ser la comida al mediodía, 'típica de la familia mediterránea' y pide que creen otros 'espacios afectivos' a través de actividades como viajes, excursiones, deportes, el aumento de las conversaciones o ver la televisión en familia, entre otras.

Los autores del estudio añadieron que, contrariamente a lo que se pensaba, estas situaciones de transtornos en los jóvenes no tienen una relación con el hecho de vivir en familias monoparentales o tener padres con dificultades laborales.

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