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El peso argentino resiste en el primer día de cambio libre

Las familias venden dólares para pagar sus facturas

Las predicciones sobre el hundimiento del peso fallaron, por lo menos ayer. En los primeros momentos, el temor a la depreciación de la moneda nacional alimentó las compras de dólares y el cambio se situó en 2,50 pesos. Pero la especulación duró poco. A medida que pasaban las horas, la mayoría de los argentinos que hacían cola ante las casas de cambio invirtieron la tendencia: sacaron los dólares que tenían guardados y los cambiaron por pesos para poder pagar deudas y facturas atrasadas. '¿A cuánto está la lechuga?' (billete verde de dólar), se preguntaba la gente en las colas, con profusión de teléfonos móviles. El movimiento de venta de dólares reforzó al peso, que cerró la jornada a 2,10 para la compra de dólares y a 1,80 para la venta.

El estreno del cambio más o menos libre -se compraron dólares sólo en efectivo, en casas de cambio, contra la presentación de documentos de identidad- se llevó a cabo sin la intervención del Banco Central. El Gobierno del presidente Eduardo Duhalde había advertido de que disponía de un margen de reservas para evitar que se disparara la cotización del dólar. A la espera del próximo comportamiento del peso, los argentinos aguardan con expectación el índice de subida de precios y la apertura de negociaciones formales, hoy en Washington, entre el Gobierno y las instituciones financieras internacionales.

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