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Tres ministerios expresan su indignación por las críticas de Benaissa a España

Lejos de disiparse, la crisis diplomática hispano-marroquí se acentúa. Unas declaraciones del jefe de la diplomacia marroquí, Mohamed Benaissa, suscitaron ayer numerosas muestras de indignación, entre ellas las de tres ministerios.

Tras tres meses y medio de crisis -desde que el 27 de octubre el embajador marroquí en Madrid fue llamado a consultas- Benaissa subió el tono en una entrevista con la televisión árabe independiente Al Yazira hecha, presumiblemente, en Pekín, donde acompañaba al rey Mohamed VI. Benaissa tachó de 'postura racista' la actitud del Ejecutivo español con relación a Marruecos; describió a Ceuta y Melilla como 'ciudades marroquíes ocupadas por España'; acusó al Gobierno español de 'financiar movimientos separatistas, como el Polisario' y de 'conceder a compañías petroleras el derecho a explorar en aguas territoriales marroquíes', en alusión a dos permisos concedidos a Repsol para efectuar prospecciones cerca de las costas canarias pero más allá de las aguas territoriales españolas.

La acusación de 'racismo' no suscitó comentario alguno por parte del Gobierno. Los ministros que replicaron ayer optaron por defender la españolidad de Ceuta y Melilla.

Comparación con Gibraltar

'Ceuta es española', recalcó Jesús Posada, ministro de Administraciones Públicas, en una visita que realizó ayer a esa ciudad, informa Rocío Abad. De 'absolutamente inaceptables' calificó Federico Trillo, ministro de Defensa, las palabras Benaissa, porque '[Ceuta y Melilla] son ciudades españolas desde su fundación'. Javier Arenas, secretario general del Partidpo Popular, hizo, por su parte, hincapié en que la situación de Gibraltar, cuyo estatuto negocian Madrid y Londres, no guarda relación alguna con la de las antiguas plazas de soberanía.

El Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó, en un comunicado, que las declaraciones de Benaissa 'no responden a la realidad' y 'van en contra del deseo del Gobierno español (...) de mantener una relaciones de carácter prioritario con Marruecos'.

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La agencia de prensa oficial marroquí (MAP) no recogió, sorprendentemente, las palabras del titular de Exteriores pese a la rapidez con la que suele hacerse eco de las declaraciones de cualquier ministro del reino y más aún de los que, como Benaissa, fueron nombrados directamente por el monarca. 'Me pregunto si este silencio no es una forma de desmarcarse', comentó un diplomático europeo acreditado en Rabat.

Marruecos ha empezado a tener también problemas bilaterales con otro país de la UE: Holanda. Su Gobierno suspendió la cooperación con Marruecos tras la negativa de Rabat a comunicarle los datos que le solicitó sobre el patrimonio en su país de origen de emigrantes marroquíes en Holanda.

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