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España, en la cola de la UE en gasto por alumno

Los expertos consideran que la mejora de la calidad de la enseñanza requiere una mayor financiación

La baja inversión por alumno en educación secundaria respecto a los demás países de la UE e incluso de la OCDE, la reducción del gasto público en los últimos años (de 4,9, en 1993 al 4,5, en 2001) que aleja a España del objetivo internacional del 6% y la necesidad de llenar con alguna normativa el vacío sobre los compromisos financieros mínimos que debe adoptar el Gobierno con las comunidades autónomas al abordar reformas centran los análisis y preocupaciones de los especialistas españoles en financiación educativa. Los expertos señalan además que las reformas impulsadas desde el Estado deberían ir acompañadadas de una financiación extraordinaria finalista para las comunidades, que los años siguientes se incorpore como un gasto más.

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El reto internacional es que el gasto educativo alcance el 6% sobre el PIB, que ya marcó en la pasada década Jacques Delors en su informe La educación encierra un tesoro, realizado para la Unesco y en el que una comisión internacional analizó las necesidades de la educación en el siglo XXI.

Actualmente, el estudio internacional de referencia sobre la situación de la educación en los países desarrollados es Educacion at a Glance, que realiza periódicamente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En el último análisis (editado en 2001 y realizado con datos 1998) de la UE, sólo Grecia (3,5%) tiene un gasto público respecto al PIB menor que España. Francia destina un 6%, Portugal un 5,7%, Italia un 4,9%, Dinamarca un 8,3%, Suecia, un 8% y Alemania un 4,6% y el Reino Unido, un 4,9%. La media de la UE, está en el 5,5%, con lo que España se sitúa un punto por debajo de la media.

En cuanto al gasto por alumno en secundaria, España está en el decimotercer lugar de la UE (sólo por delante de Irlanda y Grecia) .

En gasto por estudiante en secundaria respecto al PIB per capita, España está en un 27%, un punto por encima de la media de la OCDE , pero ocupa el noveno puesto de la OCDE. De la UE, Alemania aparece situada igual que España (27%) y por debajo hay seis países: Suecia (26%), el Reino Unido (24%), Finlandia (23%), Holanda (21%) -aunque hay que tener en cuenta que estas naciones tienen un PIB per capita muy alto, lo que baja este porcentaje-, Grecia (23%) e Irlanda (17%). Por lo tanto, se puede considerar que Grecia e Irlanda aparecen peor situados que España.

El debate entre los analistas internacionales sobre la influencia de la financiación en los resultados de los estudiantes y en la mejora de la calidad de la educación ha renacido en los últimos años. El motivo es que EE UU hizo públicos los resultados de varios estudios en los que aparecía muy relacionado el nivel salarial de los jóvenes con la inversión que el Estado realizó en los centros en los que estudiaron. Esto abre una nuevo frente de análisis: la necesidad de tener en cuenta los objetivos a largo, y no sólo a corto, a la hora de analizar los aspectos que permiten mejorar la calidad educativa.

'La calidad de la educación a corto plazo se mide por los resultados de los estudiantes, pero a medio y largo plazo está más vinculada al trabajo', explica la profesora de Economía y vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, María Jesús San Segundo. 'Las cuestión es no centrarse en el gasto por el gasto. Y centran el debate actualmente cuestiones como el equilibrio de las desigualdades, la expansión de la garantía social, el necesario gasto en profesorado de apoyo, en tutores, en expandir la enseñanza de idiomas y en generalizar las nuevas tecnologías.

La bajada del número de alumnos en secundaria (de alrededor de 60.000 en cada uno de los dos últimos años) contrarresta con el aumento de la calidad que la sociedad ha empezado a exigir a la educación en las últimas décadas, sobre todo en esta etapa. Según los analistas, lo más probable es que la diferencia siga obligando a un incremento interanual de la financiación educativa.

Para San Segundo, 'la clave está en que al esfuerzo económico acompañen unos objetivos concretos, unas metas, como tener un porcentaje determinado de alumnos que sigan estudiando a los 17 y 18 años'. 'Se trata de hacer un gasto dirigido', añade.

El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha emprendido una reforma de la educación en un país en el que el Gobierno no tiene competencias educativas en los Estados. Los objetivos son eliminar la enorme disparidad de resultados educativos entre los Estados y medir el rendimiento de los centros, alumnos y profesores. Para ello, Bush ha incluído en su nueva ley un presupuesto de 26.500 millones de dólares (unos 30.000 millones de euros) sólo para este año escolar.

En España, el presidente José María Aznar, ha emprendido una profunda reforma de la educación universitaria y otra de la formación profesional que deben aplicar las comunidades autónomas, que tienen plenas competencias en Educación. Para la primera ha destinado 19,2 millones de euros (que representa un incremento de sólo el 0,3% del gasto anual en educación universitaria en España) para la creación del sistema de habilitación nacional del profesorado y de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Para la segunda, el Gobierno ha señalado que sólo se financiará la Red de Centros de Referencia Nacionales y el Instituto Nacional de las Cualificaciones pero no ha indicado la cantidad que invertirá, aunque sí que procederá del fondo social europeo.

Es aún una incógnita si la nueva reforma que está concluyendo el Gobierno español, la de la Ley Orgánica de la Calidad de la Educación (LOCE), incluirá una partida presupuestaria considerable.

La relación entre la calidad de la educación y la financiación que se destina es 'evidente', señala el economista y ex director general de Programas e Inversiones del Ministerio de Educación, Josep Maria Bas. 'Entre los elementos principales que hay que analizar está el gasto público en relación con el PIB, que ha bajado desde 1995, pero sobre todo a partir de 1997. A pesar de la situación desfavorable entre 1991 y 1993 se hizo un claro esfuerzo de inversión. Pero lo que hay que ver es lo que pasa a partir del momento en el que la economía española empieza a repuntar, que coincide con los gobierno del Partido Popular'. Bas añade que estos años coinciden además con la culminación de las transferencias de las competencias a las comunidades autónomas.

También hace referencia en varias ocasiones el Consejo Escolar del Estado en su último informe sobre la situación del sistema educativo (del curso 1999-2000) a que el gasto en educación en España 'es insufiente' y a que los fondos se deben dirigir a objetivos concretos.

Aunque algunas reformas no impliquen medidas iguales en todo el Estado, desde el momento en el que se está obligando desde el Estado a variar aspectos que afecten al funcionamiento de los centros, la distribución de los alumnos o a la organización o el temario de las asignaturas, esto puede derivar en un mayor coste, explica San Segundo. Para Josep Maria Bas, ahonda en este tema: 'La organización de la financiación de la educación es una asignatura pendiente' en España: 'Si la Administración del Estado va a exigir más para aumentar la calidad eso va a suponer necesariamente un gasto del puesto escolar. Hay un vacío, un debate abierto que no está encarrilado y debería incluise en el debate sobre la ley de financiación'.

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