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Una multinacional de EE UU cierra su planta de Lleida por los elevados costes salariales

El grupo Lear estudia trasladar la producción a Polonia tras eliminar 1.280 empleos

La multinacional Lear Corporation, el tercer fabricante mundial de componentes eléctricos para el sector del automóvil, anunció ayer el cierre de su planta en la localidad leridana de Cervera (Lleida). La empresa estudia trasladar parte de la producción a Polonia, en busca de costes laborales más reducidos. La medida, que afectará a 1.280 trabajadores, ha causado un gran impacto en el tejido industrial de Lleida, una de las provincias con menos paro de España, y también la indignación de la plantilla, que ha anunciado movilizaciones. Cervera cuenta con 8.000 habitantes.

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El grupo norteamericano emitió ayer un escueto comunicado. 'La fuerte competencia de un producto intensivo en mano de obra conduce a nuevos planteamientos orientados a la mejora de la productividad', afirmó la empresa, en alusión al menor coste laboral que supone producir en países extracomunitarios. 'La competencia directa de Lear ya ha trasladado parte de su producción a países de fuera de la Unión Europea, con costes laborales más reducidos', explicó la multinacional, sin citar ningún país en concreto.

Según los trabajadores, el director de recursos humanos, Josep Maria Sas, les informó de que el grupo quiere trasladar parte de la producción a Polonia, donde ya dispone de plantas y donde los salarios son más bajos que en la Unión Europea. El portavoz de la empresa, Agustí Ferré, abundó en esta explicación al señalar que en los países extracomunitarios 'los costes salariales son más bajos'. No se descarta que una parte de la producción de la planta leridana se realice en la factoría que el grupo posee en Roquetes (Tarragona).

Además de los menores costes salariales de otros países, la empresa justifica el cierre de la planta por 'la presión a la baja sobre los precios en el sector de los componentes para el automóvil, y el exceso de capacidad productiva'.

La empresa afirma que mantendrá la actividad en sus otras seis plantas del grupo en España, ubicadas en las localidades de Valls y Roquetes (Tarragona), Ávila, Logroño, Valdemoro (Madrid) y Épila (Zaragoza).

Piquetes en la fábrica

El responsable de recursos humanos fue el encargado de comunicar al comité de empresa y a los trabajadores la drástica decisión. Según los sindicatos, el directivo no presentó ninguna otra alternativa y amenazó a los trabajadores con endurecer las negociaciones para pactar las condiciones económicas de los despidos si durante los próximos meses se organizan actos de protesta que repercutan en la producción. Consultada por este periódico, la empresa declinó hacer declaraciones al respecto y remitió al comunicado oficial.

El director de recursos humanos, que fue increpado por los trabajadores, comunicó que el cierre de la planta de Lear en Cervera se hará de forma gradual hasta finales de julio, de manera que la empresa procederá a negociar el despido de los 1.280 trabajadores a medida que vaya cerrando las diferentes líneas de producción.

El comité de empresa anunció la constitución de piquetes de vigilancia para impedir el desmantelamiento de la factoría y la salida de camiones con componentes para automóviles hacia otras empresas del grupo.

El cierre de la planta española se enmarca en un plan de reducción de tamaño anunciada por la compañía. La dirección de la multinacional, con sede en Southfield, en el Estado norteamericano de Michigan, ha anunciado el cierre de un total de 21 factorías de las 300 que tiene repartidas por 33 países y el despido de 6.500 trabajadores por razones de índole económica, puesto que la multinacional tuvo en el último trimestre de 2001 unas pérdidas de 48,8 millones de dólares (58,5 millones de euros). En el mismo periodo del año anterior, los beneficios del grupo ascendieron a 72 millones de dólares.

Miembros del comité de empresa de Lear Corporation aseguraron que la fábrica de Cervera es rentable y obtuvo el año pasado unas ganancias de 1.300 millones de pesetas.

Dirigentes políticos y sindicales calificaron ayer de 'tragedia para Lleida' el cierre de la planta, ya que es una de las empresas más importantes de la provincia. La delegada del Departamento de Trabajo de la Generalitat en Lleida, Anna Miranda, dijo que la decisión de Lear constituye un 'duro golpe' para el mercado laboral de la zona. Trabajo ha pedido a los directivos de la multinacional que los despidos se hagan de forma escalonada, para que la situación de los afectados no sea tan traumática.

Trabajadores de Lear protestan ayer a las puertas de la fábrica al conocer la decisión de cerrar.
Trabajadores de Lear protestan ayer a las puertas de la fábrica al conocer la decisión de cerrar.HERMINIA SIRVENT

'Les dimos terrenos tirados de precio'

Lear Corporation es un empresa que define perfectamente lo que se puede considerar un grupo globalizado. La firma está presente en 33 países y emplea a unos 120.000 trabajadores.

La multinacional se instaló en Cervera en 1999, cuando compró a la también norteamericana United Technologies Corporation (UT) la planta de producción leridana, además de otras dos en Valls y Roquetes, en la provincia de Tarragona.

El alcalde de Cervera, Salvador Bordes, se mostró ayer muy dolido con la decisión de cierre de Lear, ya que, según dijo, el consistorio le dio las máximas facilidades fiscales cuando decidió instalarse en el polígono industrial de esta localidad. Bordes se mostró 'totalmente indignado porque las excusas que dan desde la multinacional nos parecen muy pobres', y lamentó que la compañía no haya tenido en cuenta que compró las instalaciones a un precio muy asequible y que el Ayuntamiento ha invertido mucho dinero en mejorar los servicios y los accesos a la factoría. 'Les dimos todo tipo de facilidades, les proporcionamos unos terrenos tirados de precio y mejoramos todas las infraestructuras de los alrededores con cargo al consistorio', dijo el alcalde.

La Generalitat ha convocado a la empresa el próximo lunes para tratar de que Lear reconsidere el cierre. Los sindicatos UGT y CC OO han pedido a la Generalitat en sendos comunicados un plan para afrontar la crisis industrial derivada del cierre de la planta.

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