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Desde el Pacífico
Columna
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Silicon Valley: la promesa dorada del mañana

LAS EMPRESAS DE SILICON VALLEY siguen con obvia atención el consenso de los economistas nacionales, quienes afirman que la economía de Estados Unidos debería reactivarse pronto. Silicon, que ha padecido la recesión con mayor crudeza que otras zonas, tiene dos razones adicionales para el optimismo: su potencial en materia de biotecnología y su capacidad para aprovechar la herencia nada despreciable de la locura puntocom.

La región no va tan mal si hemos de creer a Joint Venture: Silicon Valley Network, una asociación de empresas, representantes de autoridades locales y otros grupos civiles. Los despidos fueron numerosos en 2001 (25.000, el primer bajón desde 1993) y el dinero invertido por los capitalistas de riesgo disminuyó 71%. Sin embargo, la productividad se ha elevado y florece la innovación. Las patentes otorgadas a empresas de Silicon Valley corresponden al 8% del total nacional; la proporción era del 3% en 1990.

Si logra emerger reforzado de la crisis, será la cuarta vez en medio siglo que Silicon Valley encabeza la ola innovadora, tras la de los chips, la de pecés y la de Internet.

Silicon es la única región de EE UU (junto con Boston) que alberga una mezcla de talentos y de empresas susceptibles de aprovechar el progreso de la informática y el potencial de la biotecnología.

Con o sin recesión, la biotecnología se porta bastante bien y parece haber elegido como capital a South San Francisco, un municipio industrial entre la ciudad y Silicon Valley. Es la sede de Genentech, una de las empresas más grandes del sector. Ésta ha dado pie a la creación de más de 30 nuevas compañías.

Si logra emerger reforzado de la crisis, será la cuarta vez en medio siglo que Silicon Valley se pone en la cresta de la ola innovadora. Las tres primeras fueron los semiconductores, las computadoras personales e Internet. Su fuerza de atracción se explica por la concentración excepcional de universidades, ingenieros y financieros.

Y la informática está lejos del ocaso. Internet forma parte de la vida cotidiana de las personas y las empresas, y el sector está en vías de reorganizarse. Incluso la locura puntocom ha dejado una herencia útil.

Las puntocoms han emprendido una limpieza sangrante indispensable para la consolidación de los proyectos más sólidos. Abundan los dramas individuales, muchos sueños murieron. Fortunas inmensas, reales y potenciales, fueron devoradas; pero no todo fue en vano. Como parte de la herencia debemos señalar el uso del correo electrónico, comprar on line, una red sofisticada y una mano de obra muy cualificada. Y el uso de Internet sigue creciendo.

Visto desde Silicon Valley, el bien más preciado parece ser la experiencia adquirida en un tiempo récord. Los errores de los dirigentes empresariales, la locura de los inversionistas no tiene excusa. Pero nuestra concepción actual del acceso a la información no sería el mismo si la red hubiera sido respaldada a cuentagotas.

'La buena noticia es que dimos un gran paso hacia adelante en el acceso universal al conocimiento', considera Brewster Kahle, fundador del Internet Archive, que se ha dado a la tarea archivar la historia de la red.

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