Catorce grupos exhiben su rock en unas jornadas en Vitoria

Vitoria siempre ha ido por detrás de San Sebastián y Bilbao en lo que se refiere a la organización de conciertos de música rock y otros estilos modernos, por lo que cobra importancia el evento que acogerá la sala Tapioca (Sancho El Sabio, 22) en los próximos días. El local de la capital alavesa albergará, desde hoy y hasta el 15 de febrero, unas primeras Jornadas Musicales que agrupan la puesta en escena de 14 grupos en siete conciertos. La entrada a cada uno de ellos costará 4,82 euros (7,20 el sábado 9), aunque por 30 euros se puede adquirir un bono que permite el acceso a todos los recitales.

Los encargados de inaugurar esta noche las jornadas son Babylon Chat, cuarteto asturiano de rock and roll y glam rock en castellano con tres discos en el mercado, y el grupo cordobés Superfly. 24 horas después ocuparán el escenario la banda donostiarra Free-netic y la navarra Bol. El viernes, le llegará el turno a los madrileños Skunk D.F. y a los alaveses Neubat. Y el sábado la programación se abrirá a la música funk y bailable del trío zaragozano Telephunken.

Tras un parón de tres días, los conciertos continuarán el miércoles 13 con la música de los navarros El Columpio Asesino y de Ricoamor, grupo bilbaíno que el años pasado publicó su estreno discográfico. El jueves 14, tocarán los vascos Innexperience, Empty Me Sell y Body Milk. Las jornadas llegarán a su fin el viernes 15 con la música otros dos grupos radicados en Euskadi: Oghlaucon, de San Sebastián, y The Bröntes, de Vitoria.

Skunk D.F. no se limitará a actuar en Tapioca, ya que su actual gira española incluye otras tres fechas en el País Vasco. Mañana mismo actuará en la sala Azkena de Bilbao, el sábado repasará su repertorio en la sala Tunk! de Irún y, ya el próximo 23 de febrero, su música sonará en el frontón polideportivo de la localizada guipuzcoana de Lezo.

En esos recintos el quinteto madrileño presentará las canciones de Dentro, segundo elepé que publica desde su formación en 1995. Entonces se hacía llamar simplemente Skunk, pero ya apuntaba las maneras que le han convertido en formación puntera del nuevo metal, gracias al uso de programaciones, y le han permitido ser fichados por el sello británico Apocalypse-Snapper.